En la noche del 23 de febrero de 2020, Sarah Boone, de 47 años, pasaba una noche tranquila junto a su novio Jorge Torres Jr. (42) en su casa situada en un suburbio de Orlando, en Florida (EE.UU). Ambos estaban tomando unos tragos cuando una insólita idea se terminó convirtiendo en una tragedia.
Según las declaraciones de la mujer, se les ocurrió “jugar a las escondidas” y les pareció “divertido” que Torres se metiera dentro de una valija de color azul. Si bien esto parecía sólo un juego inofensivo, resultó ser una trampa mortal, ya que el hombre murió asfixiado.
Sin embargo, de acuerdo a la versión que sostuvo Boone ante la Justicia, ella pensó que “podría salir por sí solo” y se fue a dormir, dejando que su novio quedara atrapado sin poder respirar.
A la mañana siguiente, la mujer llamó al 911 informando que su pareja estaba inconsciente y que necesitaba ayuda, pero al llegar al lugar, los policías y los médicos encontraron el cuerpo de Torres cerca de la puerta de la casa, junto a la valija.
En un principio, la escena parecía demostrar que todo había sido un terrible accidente desencadenado por el consumo de alcohol, aunque más tarde, la autopsia reveló una verdad mucho más oscura.
Los resultados del informe forense determinaron que Torres no sólo murió por asfixia, sino que también presentaba rasguños en la espalda y el cuello, así como golpes en el cráneo, hombros y frente, lesiones que habían sido provocadas por un objeto contundente.
Si bien durante la indagatoria Boone negó haber causado las heridas, los investigadores encontraron pruebas que sostenían una versión muy distinta a la cual ella había dado desde el inicio.
Las pruebas claves fueron una serie de videos que se detectaron en el teléfono de Boone y que apuntaban directamente a ella como sospechosa del crimen. Según las pericias, los clips mostraban a Torres suplicando desesperadamente que su pareja lo liberara mientras ella se reía.
Incluso, en una de las grabaciones, él le pide que lo ayude a salir, ya que no podía respirar, a lo que Boone le contestó con frialdad: “Así se siente cuando me asfixiás. Eso es lo que siento cuando me engañás”, haciendo referencia a supuestas infidelidades. La mujer incluso se filmó burlándose de los gritos de auxilio.
Dos días después de este descubrimiento, Boone fue detenida y acusada de homicidio en segundo grado.
La condena
El juicio inició en octubre de este año y, durante el proceso, los abogados de la mujer de 47 años alegaron que ella sufrió violencia de género por parte de Jorge Torres Jr. durante años. “Me pateó, golpeó, escupió, violó, apuñaló y asfixió”, afirmó Sarah Boone ante el tribunal, asegurando que vivía con miedo constante. Según informó The Sun, Torres fue detenido en cuatro ocasiones por agredir a su pareja, aunque cada vez que eso sucedió, ella lo sacó de la cárcel.
A pesar del argumento de la defensa, los fiscales destacaron que, pese a la situación de violencia en la que vivía, la acusada decidió permanecer en la relación y que aquella noche decidió encerrar a Torres para “aterrorizarlo”. Además, sostuvieron que la mujer golpeó a la víctima reiteradas veces con un bate de béisbol, lo cual le produjo graves lesiones.
Fue así cómo después de 10 días de audiencias, Sarah Boone fue declarada culpable de asesinato en segundo grado. Antes de la condena que dictó el juez Michael Kraynick este lunes, la mujer rechazó un acuerdo de culpabilidad por el delito de “homicidio involuntario”, con el cual solo pasaría 15 años en prisión. Por este motivo, ahora deberá cumplir la cadena perpetua sin posibilidad de acceder a la libertad condicional.
Durante su último testimonio en el juicio, Boone se mostró aparentemente arrepentida. “Me perdono por haberme enamorado de un monstruo. Intenté romper el hechizo, pero seguía amándolo, esperando y perdonando”, afirmó visiblemente angustiada. Hacia el final, pidió disculpas ante el tribunal y la familia de la víctima: “No quise que esto sucediera. Perdóname, Jorge. Perdóname, familia Torres”.