Una mujer fue al médico por un resfriado común que no se curaba y los médicos le dieron la peor noticia. Nicola Heart tenía 37 años cuando le dijeron que le quedaba un año de vida, sin embargo, y el pronostico afortunadamente no se cumplió. A cinco años de aquel día, aseguró: “Fue un milagro. Hoy vivo un día a la vez”.

Su odisea empezó cuando notó que los días pasaban y el simple resfriado no se iba. Nicola, oriunda de Nueva York, Estados Unidos, fue a una consulta con un especialista y después de realizarle algunos exámenes, le dijeron que padecía un cáncer de mama incurable y que solamente iba a poder hacer tratamientos de cuidados paliativos.

“Pensé que mi vida había terminado”, contó en una entrevista publicada por el sitio web de noticias de Gales Wales Online. Sin embargo, remarcó que “eso resultó ser lo más alejado de la realidad”.

“Tuve que aprender a soltar, aceptar lo que no puedo controlar y abrazar cada momento tal como viene. Tenía metástasis óseas extensas, mi hígado me dolía muchísimo y mis pulmones estaban afectados, lo que me dificultaba respirar”, contó.

Durante estos cinco años, Nicola tuvo que pasar por situaciones difíciles pero nada la hizo bajar los brazos en su batalla contra el cáncer: “Lo peor era el dolor. Era absolutamente insoportable. Algunos días son más difíciles que otros, pero me siento más fuerte que nunca”, afirmó.

Este último año fue duro porque tuvo que someterse a numerosos procedimientos, como biopsias y transfusiones de sangre. Nicola contó que su principal motivación es su hijo de 8 años y reveló: “Tuve que aceptar que no tengo el control de esta enfermedad. Vivo el presente”.