Una masiva y aterradora tormenta de arena golpeó las provincias de Yazd y Rafsanjan en el centro de Irán el pasado 26 de abril.

La tormenta se produjo al amanecer, con una velocidad del viento que alcanzó los 130 km/h (81 mph). Un testigo dijo que el día se convirtió en noche cuando la gigantesca tormenta de arena cubrió los cielos.

La tormenta de arena fue desencadenada por un sistema que se preveía que traería un clima severo de Turquía a Arabia Saudita. Se preveía que los fuertes vientos provocarían el soplado de arena y polvo en las zonas donde la lluvia no moja el suelo.


Antes de la tormenta de arena en Irán, los fuertes vientos ya habían causado estragos en Egipto el viernes 24 de abril, ya que una gran tormenta de arena obligó a cerrar varios puertos y carreteras del país. Las autoridades advirtieron a la gente que permaneciera en el interior, especialmente a aquellos con enfermedades respiratorias.