Nicolás De la Cruz seguramente conservará un recuerdo no del todo grato del debut de River en la edición 2018 de la Copa Libertadores. El uruguayo perdió un diente durante el partido de su equipo frente a Flamengo en Río de Janeiro.
Se jugaban 36 minutos del primer tiempo y el aburrimiento y la mediocridad eran las características del juego que se estaba disputando en el casi desierto estadio Nilton Santos. Flamengo procuraba progresar en el campo cuando se produjo la maniobra que derivó en esa improvisada intervención odontológica.
Diego, capitán del conjunto local, combinó en la mitad del campo con Jonas, quien fue atorado por De la Cruz. En su intento por cubrir el balón, el brasileño extendió sus brazos y con el antebrazo izquierdo impactó en el rostro del hombre de River.
El uruguayo cayó e inmediatamente se cubrió la boca. No tardó demasiado en detectar que algo andaba mal: uno de sus incisivo (las comúnmente llamadas paletas) no estaba en su sitio. Pese al accidente, después de un par de minutos fuera pudo volver al campo.
La situación fue similar, aunque con consecuencias menores, que una registrada hace tres semanas en un partido entre Atlético de Madrid y Valencia por la 22ª fecha de la Liga de España. Ese día, otro uruguayo, Diego Godín, perdió tres piezas dentarias tras recibir un codazo del arquero Neto. El defensor, que debió ser reemplazado, fue hospitalizado y sometido a una reconstrucción maxilofacial.