Disfrutar de una cerveza en casa o el boliche, rodeado de amigos, es para muchos unos de los grandes placeres de la vida. Ahora, además, esa sensación de felicidad puede alargarse y disfrutarse bajo el agua… de la ducha. El invento llega desde Suecia y es fruto de la unión entre la agencia de diseño y comunicación Snask y los fabricantes de cerveza Pangpang Brewery.
“Se trata de una cerveza lo suficientemente pequeña para no calentarse dentro de la ducha, que puede tomarse en tres o cuatro tragos, pero lo suficientemente fuerte para que empieces a prepararte par salir de fiesta o desconectes de las preocupaciones del día al llegar a casa”, explica Fredrik Öst, fundador y director creativo de Snask.
La clave además de en su tamaño –se comercializa en botellas de 18 cl y tiene un 10 % de alcohol– está en los ingredientes y en el proceso de elaboración. Ambos, dicen, aportan un sabor pensado en concreto para esta experiencia: “Al dejar que la cerveza se asiente más tiempo en la primera fermentación, antes del secado y enfriado", señala Öst, "Fredick ha conseguido un sabor jabonoso que en algunas cervezas se llamaría off, pero que aquí le da un punto".
Öst recuerda que la idea surgió porque en su agencia estaban cansados de la clásica cerveza rubia y se propusieron innovar en el negocio pero desarrollando “un concepto único”. Para llevarlo a cabo se alió con el productor Fredick Tunedal –“un genio de la cerveza”– y así fue como dieron con lo que buscaban.
En su fórmula el diseño también ha desempeñado un papel fundamental: la botella está elaborada con un cristal doble que evita que se rompa con facilidad y que mantiene mejor la temperatura fría de la cerveza. Además, sus fabricantes tuvieron en cuenta que los ingredientes fuesen compatibles con el cuidado del cabello. De esta forma, explican desde Pangpang Brewery, la cerveza puede utilizarse como acondicionador si así se desea.
Fuente: Buena Vida