Desde que el mundo es mundo, hay una pregunta que martillea la mente humana y que -no nos engañemos- preocupa especialmente a los hombres: ¿cuánto tiempo debe durar una sesión de sexo? Mientras que la industria del porno se ha empeñado en hacernos creer que, en las cosas del placer, más es mejor; lo cierto es que entre la ficción y la realidad media casi un abismo.
La duración del coito se ha convertido en una obsesión para muchas parejas y resulta bastante habitual encontrarnos con artículos en los que se habla de qué posturas hay que ejecutar para que los hombres puedan retrasar al máximo su eyaculación o cuáles son los lugares clave que conviene tocar en un momento determinado para alcanzar el clímax.
Así, tras una sesión de sexo excesivamente corta o demasiado larga, suele aparecer siempre la misma pregunta retórica: ¿habrá estado bien?
Distintos investigadores han intentado estimar en un buen número de ocasiones cuántos minutos debe durar una relación sexual para ser considerada satisfactoria. Uno de los primeros científicos que trató de arrojar algo de luz a esta cuestión fue Alfred C. Kinsey, un entomólogo de Indiana cuyo trabajo acabó encaminándose a la sexualidad humana.
Este norteamericano publicó en 1948 Sexual behaviour in the human male (en castellano, El comportamiento sexual en el hombre), un libro en el que, a través de 5.300 entrevistas a hombres de etnia caucásica, plasmó toda una serie de conclusiones sobre la conducta sexual masculina heterosexual y homosexual.
Gracias a sus investigaciones pudo concluir que el 75% de los norteamericanos eyaculaba en menos de dos minutos tras la penetración al menos la mitad de las veces. Es decir, el coito no duraba más de 120 segundos.
Los estereotipos y la realidad
Desde entonces, la cosa ha cambiado bastante y los tiempos -para deleite del personal- han ido ampliándose. En 2004, investigadores del departamento de Psicología de la Universidad de New Brunswick (Canadá) preguntaron a 152 parejas heterosexuales cuál era la duración real e ideal del coito y los juegos previos en sus relaciones sexuales.
Los resultados señalaron que la mayoría de los participantes dedicaba entre 11 y 13 minutos a los juegos previos y entre siete y ocho minutos al coito. Sin embargo, los participantes aseguraron que esperaban que sus relaciones sexuales duraran el doble de tiempo. Estas expectativas, en palabras de los investigadores, estaban "más relacionadas con los estereotipos sexuales adquiridos que con los deseos sexuales de sus compañeros".
El estudio más amplio y riguroso realizado hasta la fecha para estimar el tiempo promedio de eyaculación (o tiempo de latencia de eyaculación intravaginal, tal y como se denomina en terminología médica) fue publicado en el año 2005 en la revista Journal of Sexual Medicine. Un equipo de investigadores del departamento de Psiquiatría y Neurosexología de un hospital de La Haya convenció a 500 parejas heterosexuales estables de distintos países del mundo (Países Bajos, España, Estados Unidos, Turquía y Reino Unido) para que cronometraran sus relaciones sexuales durante cuatro semanas.
El método, en efecto, es tan extraño como parece: los participantes, cronómetro en mano, presionaban start cuando comenzaba la penetración y stop cuando llegaban a la eyaculación. ¿Qué encontraron los investigadores? Que había una variación de tiempos enorme. De hecho, el promedio de cada pareja durante estas intensas cuatro semanas varió de los 33 segundos a los 44 minutos. Sin embargo, los investigadores concluyeron que el tiempo medio de la duración de un coito era de 5,4 minutos.
El sexo "demasiado corto"
En 2008, otro estudio abordó de nuevo la cuestión desde otro punto de vista. Dos investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania (Estados Unidos), Eric Corty y Jenay Guardini, intentaron establecer qué tiempo, en lo que al coito se refiere, podemos considerar como "aceptable", "deseable", "demasiado corto" o "demasiado largo". Para ello entrevistaron a 180 miembros de la Sociedad de Sexoterapia e Investigación de Estados Unidos y Canadá, un organismo internacional que promueve el estudio científico de la sexualidad clínica y cuyos integrantes tenían al menos tres años de experiencia como terapeutas sexuales.
Los resultados de este trabajo, publicados en la revista Journal of Sexual Medicine, establecieron que el sexo es "demasiado corto" cuando la eyaculación se produce entre uno y dos minutos después de la penetración, "aceptable" cuando el coito dura entre tres y siete minutos, y "deseable" cuando se prolonga entre siete y 13 minutos. Así, si el coito dura entre 10 y 30 minutos puede considerarse dentro del rango de "demasiado largo".
Según María Fernanda Peraza, uróloga experta en Medicina Sexual del Hospital Universitari Dexeus de Barcelona, vivimos en una sociedad que tiene "una visión pornográfica" del sexo y que vive obsesionada con la duración. Peraza confirma que, efectivamente, tras una fase previa de excitación sexual, la duración media del coito se sitúa en los seis minutos. Sin embargo, al contrario de lo que se piensa habitualmente, no tiene por qué haber penetración en todas las relaciones sexuales.
"Se suele pensar que si no hay coito, no hay relación sexual. Y esta es una concepción equivocada de las relaciones", advierte la experta. "Una pareja puede alcanzar una buena salud sexual de muy diversas formas. Y ninguna de ellas se mide a través del tiempo que dura el sexo o la frecuencia de nuestras relaciones", finaliza.