Antonella Olivera, hija de la conductora radial Natacha Jaitt, compartió una reflexión por el primer aniversario de la muerte de su madre y manifestó una "señal" que se le presenta los 23 de cada mes. 

"Hoy hace 1 año atrás estoy vacía, dentro de mi corazón ya no existe peor dolor que el de tu partida. Aún tengo la esperanza de verte entrar a casa y que me digas: ‘Acá estoy hijita, nunca me fui… solo fue un mal sueño’, pero caigo en la realidad de que ya no estás conmigo, que no hay nada en el mundo que te haga volver a mi, qué por más que luche (que jamás voy a dejar de hacerlo), no hay nadie que pueda traer de vuelta esa sonrisa hermosa que tenías, esas ganas de vivir y de sonreír.. estoy muerta por dentro, hoy pueden lloverme balas que seguramente no las voy a sentir. Peor dolor que verte en ese manto blanco, sin color en tus mejillas y fría no creo que pueda existir. A veces intento entender, ¿cómo puede ser que no te vuelva a ver? No me cabe en la cabeza… vivir sin volver a decirte: ‘Ma, te amo’ y no poder abrazarte nunca mas, ni dormir en tu pecho o que me seques las lagrimas que caen de mis ojos en este momento", continuó Antonella con pesar.

Y luego Antonella agregó: "Quiero que sepas que espero encontrarte en otra vida, si es que existe, quiero estar ahí para volverte abrazar así sea por última vez. Hay muchas cosas que no te dije , muchas cosas que no voy a poder vivir con vos… tengo bronca e impotencia, rabia , dolor y un vació en el pecho que jamás voy a poder llenar. Te amo por siempre mi ángel de cabellos negros, cuídame y guíame desde donde estés en este camino corto que es la vida. Que pronto… si Dios me lo permite, voy a poder volverte a ver. Te amo, te amo , te amo en el ahora y en el mas allá mi mariposa de alas doradas".

En sus historias de Instagram, Antonella reveló que el 23 de cada mes, día que coincide con el fallecimiento de Natacha Jaitt, producido el 23 de febrero del año pasado, una mariposa dorada aparece sobrevolando en la casa en la que vive, y el alado insecto se posa sobre la mano de la joven y se queda allí por un largo rato.