Los gestos del hombre son desesperados. Se agarra la cabeza atormentado, salta, estira los brazos, llamando. Va y viene. El fuego rodea la ruta, en Ventura, California, azotada por incendios feroces. Es de noche. Y todo está registrado en video. La historia empieza así: mientras manejaba lentamente entre el infierno, un joven vio como un conejo cruzaba y se lanzaba a los pastizales ardientes al costado del camino.

 

La identidad del hombre, que paró su auto en la Autopista 1 y corrió a buscar al conejo, nunca trascendió. Tampoco aceptó hacer declaraciones a un fotógrafo que captó la escena en video, incrédulo. “¿Qué hace?”, pregunta una mujer que va con él. “Está salvando a un animal”, le contesta.

 

 

 

El héroe de esta historia no logra atrapar al conejo y no sabe qué hacer para conseguirlo. Intenta entrar entre las llamas. Lo ve, el animal está ahí, y no lo quiere asustar. Un paso más y el conejo muere incinerado igual que él.

 

Pero algo extraordinario pasa y el conejo retrocede y el hombre lo agarra. El animal es pequeño. Casi un cachorro. Lo toma delicadamente y lo envuelve en su buzo como si fuera un bebé. Y desaparece de escena.

 

El video se viralizó y los usuarios en Twitter festejaron tanta “humanidad”.