La situación médica de Pingping (nombre con el que se difundió el caso) causó una revolución en el Primer Hospital Afiliado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zhejiang. La joven llegó por un dolor en su tobillo, pero el médico que la recibió se asombró al ver que sus huesos eran similares a los de un adolescente, por lo que pidió mayor cantidad de estudios.

Tras confirmar con distintas radiografías que los huesos y el cuerpo de Pingping estaban atrofiados, la joven comenzó a realizar una serie de interconsultas por otro problema que tenía y que había mantenido oculto “por vergüenza”: nunca había menstruado. Según explicó: “Cuando era joven mi mamá me llevó al médico. El médico dijo que me estaba desarrollando más lentamente que los demás sexualmente y que podría tener mi período en unos años”.

A pesar de la promesa del ginecólogo, ello nunca sucedió, y la joven se casó y siguió con su vida. Visualmente, la joven es una persona con genitales femeninos externos, pero al seguir avanzando con los estudios se pudo comprobar que padece de una hiperplasia suprarrenal congénita, la cual podría provocar este trastorno del desarrollo sexual. Los médicos consideran que ello puede deberse en gran medida a la relación de sus padres, que pertenecen a la misma familia.

Una prueba genética reveló que su cariotipo era 46, XY, y si bien el endocrinólogo reveló que no se podía ver una nuez de Adán o genitales masculinos, estos bien podrían haber estado cuando era más chica, pero al ir creciendo se terminaron atrofiando.

Hu Shaohua, subdirector del Centro de Salud Mental del hospital, dijo al China Post que la detección temprana por parte de la familia habría facilitado el proceso. “Deberían haber ido a chequeos hace años. Esto muestra cuán seriamente carecían de conocimiento sexual”, afirmó el especialista.