Los presos no viven en celdas, sino en casetas compartidas con otros reclusos. Tienen su propia habitación y comparten zonas comunes.

 

Al entrar en prisión los presos pueden llevar algunas pertenencias personales, desde ropa hasta dispositivos electrónicos, como un reproductor de música e incluso una televisión. Eso sí, no pueden tener teléfono móvil ni cámara. 

 

La prisión de Bastoy está ubicada en la isla de Bastoy, Noruega y puede albergar hasta 115 presos.

 

Son los propios presos los que trabajan en la tienda, que abre tres días a la semana tres horas al día.

 

En la biblioteca los presos pueden encontrar libros, revistas, películas e incluso música. También hay un ordenador y una impresora. Se ha convertido en un agradable lugar donde descansar o bien reunirse para jugar al billar.

 

También hay un colegio donde los presos pueden completar o ampliar sus estudios.

 

Otros reclusos trabajan en la cocina de la prisión. Eso sí, excepto una comida diaria, los presos pueden cocinar sus propios alimentos.