Es una escena común de las películas hollywoodenses. Uno de sus actores en sus últimos segundos de vida rememora como en un flash las experiencias más significativas que debió atravesar. Afuera de las películas, muchas personas manifestaron haber experimentado una sensación semejante cuando agonizaban y, por obra del destino, sobrevivieron. Hasta hoy, no había suficiente evidencia científica que respaldara la posibilidad de ese fenómeno extrasensorial.
Sin embargo, un nuevo estudio de la Universidad de Hadassah, en Jerusalén, Israel, logró comprobar que las experiencias de revisión de vida -LRE por su abreviatura de life review experiences- son en verdad posibles y dejaron de ser producto de alucinaciones o sueños profundos.
Para lograr verificar su viabilidad, el equipo de investigación reunió a siete personas que -aseguraban- habían atravesado una LRE. Se los entrevistó en profundidad a cada uno y así se obtuvo un sustento estadístico y neurológico de que realmente son posibles. Encontraron que todas las historias tenían varios elementos en común, inclusive algunos que contradecían ideas muy difundidas que describían a un LRE. El orden de los acontecimientos, por ejemplo, rara vez fue cronológico. La mayoría de los entrevistados manifestó haber presenciado sus eventos en orden aleatorio, o incluso simultáneo.
Entre los resultados, publicados en la revista Consciousness and Cognition, se encuentran algunos testimonios de las sensaciones que se atraviesan al pasar por una LRE: ”No hay una progresión lineal, hay falta de límites de tiempo. Fue como estar allí durante siglos. Yo no estaba en el tiempo/espacio, por lo que no puedo responder esa pregunta. Un momento, y mil años… ambos y ninguno. Todo ocurrió de una vez, o algunas experiencias dentro de mi revisión cercana a la muerte estaban sucediendo al mismo tiempo que otras, aunque mi mente las separa en diferentes eventos”.
Otro elemento que pudieron comprobar los investigadores fue que todas las LRE incluían experiencias profundamente emocionales para ellos o, en su defecto, para sus seres más cercanos. "Yo podía ir individualmente a cada persona y sentir el dolor que tenían en sus vidas. Se me permitió ver esa parte de ellos y experimentar por mí mismo lo que sentían", dijo uno de los entrevistados. "Yo estaba viendo, sintiendo cosas de mi padre, y él estaba compartiendo conmigo los momentos más difíciles de su primera infancia", señaló otro.
Qué pasa en el cerebro al momento de una LRE
"Tomados en conjunto, los elementos comunes a través de todos las LRE no solo añaden credibilidad al argumento de que el fenómeno es real, sino que también ayudan a acercar a los investigadores a una definición", escribieron los autores del informe. Sin embargo, aún restaba describir una parte, quizá la más importante. El proceso que se presenta en el cerebro.
Para desentrañar el fenómeno, el equipo liderado por la neuróloga Judith Katz ofreció algunas teorías sobre qué regiones del cerebro estarían involucradas, en especial áreas que almacenan recuerdos autobiográficos como el córtex prefrontal, la corteza medial temporal o parietal.
En el último paso del estudio, los autores presentaron una encuesta alrededor de los elementos comunes que habían identificado en las LRE y lo administraron a un grupo de voluntarios online, que nunca habían tenido uno.
Muchos de los mismos elementos que habían identificado, según los investigadores, eran también puntos que la mayoría experimentaba en otros contextos; fenómenos como el déjà vu o el arrepentimiento en torno a ciertos eventos de sus vidas. "Estos resultados sugieren que el fenómeno LRE se basa en una alteración de un mecanismo neurocognitivo común compartido por la población general y saludable", concluyeron.
Fuente: Infobae
Es decir, cuando la vida transcurre como un flash ante los ojos de alguien, no es el cerebro que reacciona por la amenaza de muerte, sino que se trata solo de una versión superconcentrada de procesos mentales que suceden todos los días.