El conductor venía manejando a toda velocidad por la concurrida avenida, pasando semáforos en rojo sin preocuparse por nada ni por nadie. Oksana Murashova, de Bielorrusia, acababa de llegar a Moscú junto a su hijo Roman, de 9 años.
Cuando los peatones cruzaron la calle, no tuvieron forma de reaccionar. El Hyundai los atropelló y los hizo volar varios metros. Quedaron tirados en el pavimento, inmóviles.
Murashova murió en el acto. Su hijo fue trasladado a un hospital y continúa internado en terapia intensiva, con un pronóstico reservado. El conductor fue arrestado.
