El escapista Matt Johnson se vio obligado a pedir ayuda para poder sacar su cabeza de una caja de cristal que había sido llenada de agua y cerrada tras dos minutos y 21 segundos sin respirar.

 

Finalmente, aunque con muchas dificultades, el ilusionista logró abrir el vidrio con una barra metálica.

 

Su acción consistía en meter su cabeza en una caja de cristal con agua para luego poder escapar. Lo curioso es que se le complicó todo y estuvo a segundos de morir ahogado en vivo y en directo.