Muchas costumbres y creencias, principalmente romanas, se han conjugado desde los tiempos antes de Cristo, para llegar a lo que hoy conocemos como el Día de los Enamorados o también llamado “Día de San Valentín”.
Existen diversas teorías que otorgan a esta fecha el origen de este día especial. En los países nórdicos es durante esta época cuando se aparean los pájaros, de ahí que este periodo se vea como un símbolo de amor y de creación.
Algunos creen que es una fiesta cristianizada del paganismo, ya que en la antigua Roma se realizaba la adoración al dios del amor, cuyo nombre griego era Eros y a quien los romanos llamaban Cupido. En esta celebración se pedían los favores del dios a través de regalos u ofrendas para conseguir así encontrar al enamorado ideal.
También, y hace muchos siglos, fue tradicional en Inglaterra la “fiesta de los valentinus”, donde se elegían a hombres y a mujeres para que formaran pareja. Muchas de estas parejas se convertían en marido y mujer en procura de la felicidad conyugal.
La versión cristiana
Otras fuentes centran el origen de la historia de San Valentín en la Roma del siglo III, época en la que el cristianismo era perseguido.
Según esta historia en el año 270 d.C, el emperador romano Claudio II publicó un edicto que prohibía el matrimonio a los hombres jóvenes. En su opinión, los solteros sin familia eran mejores soldados y rendían más en el campo de batalla que los hombres casados debido a que tenían menos “ataduras”, es decir, no estaban emocionalmente ligados a sus familias y Roma necesitaba más soldados para su ejército.
Es en estas circunstancias cuando surge la figura de Valentín, un sacerdote cristiano que ante tal injusticia decidió casar a las parejas bajo el ritual cristiano a escondidas de los ojos romanos.
Valentín adquirió gran prestigio en toda la ciudad por proteger a los enamorados y auspiciar bodas secretas. Por ello fue llamado por el emperador Claudio II para conocerle. El sacerdote aprovechó aquella visita para hablarle de la religión cristiana y convencer al emperador para que siguierra los pasos de Jesús.
Aunque en un principio Claudio II se sintió atraído por aquella religión que los mismos romanos perseguían, los soldados y el propio gobernador de Roma le obligaron a desistir y organizaron una campaña en contra de Valentín. El emperador romano cambió de opinión y ordenó al gobernador de Roma que procesara al sacerdote.
La misión de condenar al sacerdote la tuvo que llevar acabo el lugarteniente, Asterius. Éste, cuando estuvo delante del sacerdote, se burló de la religión cristiana y quiso poner a prueba a Valentín. Le preguntó si sería capaz de devolver la vista a una de sus hijas que era ciega de nacimiento. El sacerdote aceptó y en nombre de Dios obró el milagro. El lugarteniente y toda su familia se convirtieron al cristianismo pero no pudieron librar a Valentín de su martirio. Valentín fue ejecutado un 14 de febrero.
Amores santos
Mientras estuvo encerrado, su carcelero le pidió que diera clases a su hija Julia, a base de lecciones y horas juntos, Valentín se enamoró de la muchacha.
La víspera de su ejecución, envió una nota de despedida a la chica en la que firmó con las palabras “de tu Valentín”, de ahí el origen de las cartas de amor y poemas que se envían los enamorados en la actualidad y de la expresión de despedida conocida en todo el mundo adjunta en miles de postales de San Valentín.
Valentín fue muerto cerca de la puerta que más tarde se convirtió en la Puerta de Valentino. La leyenda dice que, en ese lugar, Julia, la hija del carcelero plantó un almendro. De ahí se popularizó que San Valentín fuera el patrón de los enamorados.
Matrimonios y algo más
La historia de San Valentín hubiera quedado ahí si no fuera porque dos siglos más tarde la Iglesia católica la recuperó.
Por aquel entonces era tradición entre los adolescentes practicar una curiosa fiesta pagana derivada de los ritos en honor del dios Lupercus, dios de la fertilidad que se celebraba el día 15 de febrero. Era un sorteo mediante el cual cada chico escogía el nombre de una joven que se convertiría en su compañera de diversión durante un año. La Santa Sede quiso acabar con esta celebración pagana y canonizó a San Valentín como patrón de los enamorados.
La fecha de celebración del 14 de febrero fue establecida por el Papa Gelasio I para honrar a San Valentín en 496.
El cuerpo de San Valentín se conserva actualmente en la Basílica de su mismo nombre que está situada en la ciudad italiana de Terni. Cada 14 de febrero se celebra en este templo un acto de compromiso por parte de diferentes parejas que quieren unirse en matrimonio al año siguiente.
Aunque en algunos santorales católicos aparece el 14 de febrero como el Día de San Valentín, en ninguno se valida oficialmente la leyenda. San Valentín comparte la fecha de celebración con San Cirilo y San Metodio, pero con los años los ha superado largamente en popularidad.
La festividad fue borrada del calendario eclesiástico en el año 1969 como parte de un intento para eliminar santos de origen posiblemente legendario, aunque sigue siendo celebrado en todo el mundo.
Sea como fuese, San Valentín se ha convertido en el patrón de todos los enamorados y de todas aquellas personas que quieren tener una pareja. Los comerciantes se han hecho eco de esta festividad y la han convertido en un día perfecto para aumentar las ventas. Flores, postales, poemas de amor, dedicatorias, bombones y regalos de todo tipo se realizan este día al ser querido para demostrar su amor y amistad.