Fernando Pellegrino pifió el remate luego de que su compañero Jonathan Bottinelli le pasara el balón hacia atrás. En una jugada que registra pocos antecedentes, el arquero de se comió uno de los goles más tontos que se recuerden en el fútbol argentino. 
 

Aparentemente, Pellegrino por estar lesionado le erró a la pelota tras el pase atrás de Bottinelli, un tanto que significó el 2-0 abajo e influyó anímicamente en el desarrollo del juego.