El ofrecimiento de la Comisión Nacional de Justicia y Paz de la Iglesia Católica argentina de ponerse a disposición de las instituciones de la democracia para "facilitar el diálogo" entre los representantes de las fuerzas políticas que participan de la compulsa electoral antes, durante y después de las elecciones del próximo domingo, es una actitud muy coherente con el rol que cumple dentro de la sociedad ya que no sólo busca que prevalezca la armonía y la paz dentro del proceso eleccionario, sino también que una vez elegidas las nuevas autoridades haya un canal de diálogo para solucionar los grandes problemas que afectan al país.

La Iglesia ha llamado a "votar en paz" como una contribución para afianzar una democracia que signifique ciudadanía plena, ejercicios de derechos, que asegure condiciones para el bienestar del pueblo y que supere la fragmentación con sensibilidad social. Pero también ha expresado su preocupación por el clima político y social que precede a las próximas elecciones y, especialmente, al que sobrevendrá después de la votación. La Iglesia sostiene a través de su Conferencia Episcopal que la "existencia misma de la Nación como ámbito fértil para el desarrollo de una vida en comunidad, parece hoy amenazada" y es ante ese sentimiento que se quiere actuar de una manera conciliadora en busca de promover la unidad nacional más allá del resultado del escrutinio del domingo.

La escasa diferencia de tres de las cinco fuerzas políticas que se disputan la presidencia de la Nación, sumado a propuestas de gobierno que están diametralmente opuestas entre si y que, según la fuerza que gane dejará al resto en una posición opuesta, es lo que genera la incertidumbre de cómo quedará conformado el mapa político del país en el que hay que tener en cuenta el papel que cumplirán las autoridades provinciales encabezadas por los gobernadores, diputados provinciales e intendentes, y los diputados y senadores nacionales que conformarán el Poder Legislativo Nacional.

Dentro de este panorama, el Episcopado ha hecho un llamado de atención a los principales candidatos señalándoles que es "imprescindible la generación de espacios de diálogo y encuentro que hagan posible un acuerdo político, social y económico de gobernabilidad, más allá de cual sea el resultado electoral".

Más allá de que cada fuerza política o candidato tenga sus simpatizantes y adherentes sus representantes deben entender que ninguno de ellos ostentará el absoluto apoyo de toda la ciudadanía, ni contará con todas las soluciones para cada uno de los problemas que tiene el país. El trabajo en conjunto es necesario y hoy más que nunca se deberá tener en cuenta aquella consigna de que "nadie se salva solo" y que "no hay verdadera libertad sin fraternidad, justicia social y paz", dos principios que los postulantes deben tener muy en cuenta en esta decisiva instancia de la historia argentina.