Todos saben que para reducir el déficit fiscal es necesario implementar diversas medidas de contención del gasto público. Pero son pocos los que se animan a aplicarlas por las repercusiones sociales y por los efectos que pueden llegar a tener en el electorado. En este caso, la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, no tuvo en cuenta a ninguna de las dos cosas y lanzó un programa de retiros voluntarios que de resultar exitoso posibilitará un achique de la planta de personal de la gobernación de más de 300 mil trabajadores. La medida está en línea con los requerimientos de la Ley de Responsabilidad Fiscal, que suscribió la provincia con la Nación, y que incluye otras acciones como el congelamiento de vacantes y limitaciones en el gasto público. El resto de las provincias también han suscrito similares compromisos por lo que, próximamente, se tendrían que ver medidas similares en otras jurisdicciones.
Están en condición de adherirse al retiro voluntario los empleados públicos bonaerenses que revistan en planta permanente con más de 2 años de antigüedad y menos de 24 en la función pública y que le falten más de 5 años para jubilarse. Quedan exceptuados policías y agentes penitenciarios, a los que no se los ha incluido para evitar el desmembramiento de las fuerzas de seguridad.
Si bien la decisión ha recibido numerosas críticas provenientes del sector gremial, por considerarla un ajuste más que debe soportar el sector trabajador, otros sectores la ve con muy buenos ojos, ya que posibilitará una reducción efectiva de la planta de personal y, por lo consiguiente, del gasto público.
Es un hecho que la administración pública de todo el país está sobredimensionada y que su reducción es necesaria para producir un ahorro y posibilitar una administración menos burocrática y más efectiva.
Tras varias décadas en que el empleo público fue tomado como una forma de solucionar la falta de trabajo y se realizaron numerosos nombramientos, muchos de ellos innecesarios, ha llegado el momento de un sinceramiento que lleve a que cada una de las reparticiones cuenten con el número de personal necesario.
La propuesta de Vidal para el retiro voluntario prevé una escala de indemnizaciones, conforme a la antigüedad del agente, que se pagará una parte de contado y el resto en cuotas, lo que puede o no resultar conveniente para cada caso en particular.
