Desde la OMS (Organización Mundial de la Salud) se asegura que la crisis climática que está afectando al planeta es también sanitaria, ya que además de provocar fenómenos meteorológicos más extremos, es causante de brotes epidémicos con mayores tasas de enfermedades no infecciosas. Por eso, el mayor temor radica en que el calentamiento global revierta décadas de progresos en materia de salud y bienestar que serán muy difícil de revertir en la medida que el clima continúe deteriorándose al ritmo que lo ha venido haciendo en estos últimos años.

Con calores extremos que superan ampliamente registros históricos y vientos zonda fuera de la época habitual, San Juan se aproxima a vivir un verano muy tórrido en la que la población tendrá que tomar recaudos para evitar enfermedades propias de las olas de calor, Como cualquier epidemia los sectores más afectados son los niños y los adultos mayores quienes, como se ha comprobado en otras partes del mundo, son los primeros en sufrir las consecuencias de las temperaturas extremas, en este caso el excesivo calor que puede llegar a provocar la muerte. En este punto hay que considerar que Europa tuvo el último verano más de 60.000 muertos por el calor, aunque debido a que los registros no son muy precisos, es probable que en realidad la tasa de fallecimientos sea varias veces superior.

En nuestra provincia el cuidado de las franjas etarias más afectadas pasa casi con exclusividad por los padres, en el caso de los niños, y por los propios adultos, en el caso de las personas mayores. Son los padres los que deben tomar los recaudos de que los niños muy pequeños permanezcan en lugares apropiados, frescos y ventilados y que estén debidamente hidratados. Exponerlos al sol del mediodía o en lugares con poca sombra, es una de las costumbres que deben ser desechadas, evitando salir con los niños en jornadas como la de estos días en víspera del inicio del verano.

Los adultos mayores deben saber por ellos mismos o por consejo de quienes los rodean que bajo ningún concepto deben exponerse a tareas al aire libre, en horarios en que el sol pega con rigurosidad en nuestra agreste geografía. La hidratación también es de fundamental importancia para evitar los efectos de las olas de calor.

Para el resto de la población es muy importante evitar aglomeraciones en lugares cerrados, largas exposiciones al sol en espera de algún trámite o salidas sin una absoluta necesidad en horarios de la siesta que es cuando se registran las temperaturas máximas. 

Por su parte los prestadores de servicios de cualquier índole, tal el caso de las empresas de colectivos y otros medios de transporte, deben asegurar servicios apropiados ante la rigurosidad climática, como dotar a todas las unidades con aire acondicionado, no solo para hacer más placentero el viaje sino también para asegurar la salud de los pasajeros que en numerosas ocasiones viajan hacinados, con escasa ventilación en medio de temperaturas que en promedio rondan los 40 grados.