España parece destinada a duras negociaciones políticas cada vez que se realizan elecciones para designar a su presidente y la compulsa del domingo pasado no ha sido la excepción. La paridad de votos obtenidos por las principales fuerzas políticas como son el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) -actualmente en el poder- y el PP (Partido Popular) que les valieron 122 y 136 escaños respectivamente en la legislatura, integrada por 350 escaños en total, no le otorga a ninguna de las dos agrupaciones la posibilidad de formar gobierno, ya que hay una serie de partidos menores como el CC (Coalición Canaria), Vox, UPN, PNV ERC (Esquerra Republicana), y Sumar, entre otros, que se están dividiendo en apoyar a una u otra fuerza mayoritaria generando aún mayor expectativa e inquietud.

Para poder formar gobierno, el actual presidente y candidato por el PSOE, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, deben asegurar una mayoría funcional de 176 escaños. Como ninguno de los dos ha alcanzado este número, desde el mismo momento en que se supo los resultados del escrutinio, se han abocado a mantener intensas reuniones con los representantes de los partidos que obtuvieron menos votos pero que cuentan con algunos escaños que servirán para alcanzar la mayoría necesaria.

Los analistas han considerado que estas elecciones constituyen una maniobra de Pedro Sánchez para no perder la posibilidad de retener el poder, después de los malos resultados que obtuvo en las últimas elecciones regionales y locales realizadas en mayo pasado. Algunos la han caratulado como una partida de ajedrez por la meticulosa tarea de sumar adhesiones de las fuerzas políticas minoritarias a fin de formar un gobierno de coalición de izquierda y de esta manera retener el ejercicio del gobierno.

Hay que tener en cuenta que el PSOE es una agrupación que se sitúa en la centroizquierda del espectro político y que el PP es un partido de centroderecha y de derecha que viene siendo el más votado en las últimas elecciones favorecido por el giro que ha hecho hacia la derecha la política europea en todo el continente.

La política de gobierno de Pedro Sánchez ha estado orientada a impulsar una agenda progresista, que incluye políticas sobre los derechos de las mujeres y una ley de eutanasia, lo que le permitió ganar votos en las áreas urbanas, pero causó rechazo en otras partes del país lo que determinó que sacara menos votos que sus oponentes del partido PP. 

En forma similar a lo ocurrido en elecciones anteriores -aunque se cree que ahora puede pasar un mayor tiempo- es probable que transcurran varios días antes de que se logre la investidura del nuevo gobierno o se determine la posibilidad de un nuevo llamado a elecciones. Sánchez va por su tercer período de mandato mientras que Feijóo es la primera vez que llega a esta instancia. Las negociaciones y reuniones que habrá estos días y que involucrarán hasta el rey Felipe VI serán intensas mientras la ciudadanía y el mundo entero esperan con ansiedad conocer cuál será el destino de España en esta nueva etapa.