Cuando todo hace suponer que por ser joven se tienen mayores posibilidades para acceder a los mejores trabajos dentro del mercado laboral, un análisis de los porcentajes promedio vinculado al desempleo de este sector, nos demuestra que en nuestro país hay un desaprovechamiento de la fuerza laboral juvenil en un sentido contrario a una tendencia mundial que cada vez está más acentuada.
Las dificultades que tienen los jóvenes para acceder al mercado de trabajo respecto de las poblaciones adultas se acentuaron a partir de 2006. Desde esa fecha los mayores de 25 a 59 años tuvieron, en promedio, una tasa de desempleo del 10,2 %; mientras que entre los jóvenes de 20 a 24 años, el desempleo alcanzó el 22 por ciento. Este valor prácticamente se triplicó cuando se analizó el comportamiento del desempleo juvenil entre los jóvenes de 20 a 24 años, franja en la que hay 6.773.344 de personas, entre hombres y mujeres.
Un aspecto importante a destacar es cómo incide el nivel de instrucción en los porcentajes de desempleo. Existe una tendencia favorable en la relación que se establece entre una mayor escolaridad y una menor tasa de desempleo. Esto puede explicarse señalando que entre los jóvenes de 20 a 24 años y entre los adultos de 25 a 59 años, el desempleo baja entre las personas que pueden exhibir estudios superiores o universitarios. De todas formas es importante aclarar que hasta los 25 años de edad, el nivel de educación formal alcanzado por los jóvenes no es decisivo para determinar su situación de empleo. Esto es así, porque el acceso al primer empleo de los jóvenes se da en puestos de trabajo de baja calificación y bajas exigencias de conocimientos. Además hay que tener en cuenta las formas de contratación del empleador que generalmente son precarias, informales o no registradas. Pero este comportamiento del mercado laboral juvenil no debe inducir a creer que no es necesaria una buena instrucción, ya que a lo largo de la vida laboral es muy necesaria para abordar un mundo de mayor complejidad tecnológica.
Al hablar de calidad de empleo nos encontramos con un problema que incide en las oportunidades laborales para los jóvenes. Actualmente, casi la mitad de la población ocupada trabaja en negro, situación que se da con mayor incidencia entre las mujeres. Otra franja etaria afectada por este problema es el de los mayores de 60 años, con un porcentaje cercano al 46% de trabajo en negro. Pero, sin duda, la situación más preocupante es la de los jóvenes de hasta 24 años, con una tasa cercana al 60 por ciento. Esto es lo que hace que Argentina siga siendo uno de los países con mayor desempleo juvenil de la región.
