Con el fin de desalentar el juego compulsivo de quienes habitualmente concurren a bingos o casinos y evitar el aumento de casos de ludopatía en la población, rige en la provincia de Buenos Aires la prohibición para la instalación y funcionamiento de cajeros automáticos, centros de préstamos personales de dinero y medios de pagos electrónicos en las cercanías de esas salas.
Se trata de una norma que apunta a combatir la promoción de los juegos de azar, que sería necesaria hacer extensiva a todo el país, para llegar con una solución integral a este problema de adicción que afecta muy seriamente la salud psicofísica de muchas personas.
En algunas jurisdicciones, como en San Juan, se considera beneficiosa la prohibición de instalar cajeros automáticos en un radio no menor a los 200 metros a la redonda del lugar donde se encuentran las salas de juego. Esto podría desalentar al jugador compulsivo a fin de no facilitarle la rápida obtención de dinero para apostar sin control. Es conocido que hay casos de ludópatas, que a consecuencia de su adicción, han caído en situaciones nefastas tanto para el patrimonio personal, como para la salud y la familia del apostador.
En Buenos Aires, además de los bingos y casinos, los hipódromos y agencias hípicas tienen una gran popularidad, por lo que la norma implementada por el Instituto de Lotería provincial también las incluye de manera terminante.
Por otra parte, como complemento de la prohibición a los cajeros automáticos en esos sitios, también se ha prohibido otras modalidades, como el uso de medios electrónicos que permitan pagos con tarjetas de crédito o débito bancario. De la misma no se permitirán las transacciones con divisas y de préstamos personales de dinero contra entrega de pagarés, cheques, empeño de bienes y valores similares a los que apela el jugador crónico. La norma ha impuesto en el ámbito de las casas de juego un cambio radical, considerado negativo para el negocio, y que ha generado disconformidad por parte de empleados y administradores.
Pero como el problema no es sólo de los bonaerenses, habrá que esperar la reacción de los legisladores sanjuaninos en la implementación de una norma similar, que reduzca considerablemente los efectos que tiene el juego compulsivo en la sociedad.
