Durante años las empresas prestatarias de servicios que se ofrecen a través de cables han renovado el material o han dejado esta actividad sin preocuparse por extraer las líneas en desuso, provocando que en la ciudad Capital de San Juan o zonas urbanas del Gran San Juan el espacio aéreo entre las veredas y las calles se vea invadido por una gran cantidad de esos cordones conductores, que en algunos casos persisten entrelazados y en otros cuelgan peligrosamente a la altura de los peatones. En estas auténticas "marañas” hay cables de todo tipo, desde coaxiales, multipolares, trenzados, blindados, de cinta y otros tantos que corresponden a distintos servicios o conexiones que en el transcurso del tiempo se fueron ofreciendo, como telefonía, internet o televisión por cable, entre otros.
El hecho de que los cables hayan quedado abandonados corresponde a las bajas de servicios de los usuarios, a la renovación de líneas en mal estado por cables nuevos o a la permanente renovación que este material requiere en un proceso de actualización constante. También está la situación de algunas empresas que dejaron de prestar servicios y que se han retirado del mercado.
El motivo por el que quedan los cables -sumándose cada vez más- está dado porque resulta más económico dejar los cables viejos abandonados al reemplazar una línea, que sacarlos con un costo que muchos consideran innecesario. No se tiene en cuenta el problema que se origina a medida que se hacen esos reemplazos y los cables continúan acumulándose de una manera desprolija y peligrosa, al poder ser causantes de cortos circuitos cada vez que llueve o corre viento.
A este problema se suma el que ha generado durante años la colocación de pasacalles utilizando alambre para colgar los carteles. Ese alambre, o va sujeto a las columnas del alumbrado público o de líneas eléctricas, o a los árboles, a los que se les hace un gran daño cada vez que esto ocurre, ya que en muchos casos quedan estrangulados en sus ramas principales afectando su sanidad.
Como hemos señalado el problema no es nuevo y amenaza con agravarse cada vez más en la medida que los municipios u otros organismos con responsabilidad en conservar las buenas condiciones del espacio aéreo ciudadano no asuman la posición de exigir la urgente limpieza de ese cableado ocioso y de otros tendidos como el de los alambres que se han utilizado históricamente para sostener carteles.
