Cada 24 de agosto, aniversario del nacimiento de Jorge Luis Borges, se conmemora el Día del Lector. Célebre poeta argentino, nació en Buenos Aires en 1899 y muy pronto abrazó la lectura con enorme pasión, tanto que comenzó a leer en inglés a los 4 años por influencia de su abuela paterna, Frances Haslam, y de su institutriz, Miss Tink, ambas originarias del Reino Unido. Ellas tuvieron a su cargo la educación del autor de "El Aleph" hasta los 9 años, cuando ingresó a la escuela primaria. Su primer libro de poesía, "Fervor de Buenos Aires", lo publicó a los 24 años y representó sólo el comienzo de una bibliografía que lo llevó a ser considerado una de las máximas figuras de la literatura mundial. Poeta, ensayista y escritor, vivió siete años en Europa en su niñez y, poco después, de vuelta en Buenos Aires, formó parte de un selecto grupo de jóvenes orientados por Macedonio Fernández, abogado, escritor y filósofo argentino quien también tuvo notable influencia en escritores de la talla de Julio Cortázar y Ricardo Piglia. La intensa vida literaria que vino a continuación en Borges sería motivo de un largo y bello análisis. Pero lo que nos motiva en este día del Lector, establecido en su homenaje, es la iniciativa del Ministerio de Turismo y Cultura de la provincia y su dirección de Bibliotecas Populares, conjuntamente con la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), de preparar para hoy una jornada "de invitación a la lectura y promoción del libro", titulada "Leer nos conmueve", que cuenta con la presencia de títeres y personajes "cuentacuentos", alentando en los chicos la lectura. Una de las actividades anunciadas será en la escuela "Adán Quiroga", de Albardón, entre otros establecimientos. Esta iniciativa no debería sorprender si observamos el alarmante descenso del hábito por la lectura que se registra desde hace unos años, y que se manifiesta luego en los estudios secundarios y con más notoriedad en las carreras universitarias. Hay estadísticas en nuestro país, pero también en el extranjero, que indican que más de la mitad de los jóvenes de 15 a 18 años "no abren un libro". El primer análisis lo atribuye al consumo de redes sociales, videojuegos, televisión y sobre todo internet. Por todo ello, no resulta fácil cultivar esta actividad en niños, niñas y jóvenes, aun cuando la lectura es uno de los pilares fundamentales del aprendizaje. Para incentivarla los expertos señalan que debe convertirse en una práctica "en la que los estudiantes encuentren satisfacción, preguntas, respuestas y emoción", cerca o lejos del celular. Se sostiene también que en los hogares se debe insistir en dedicar menos tiempo a las nuevas tecnologías y más a la lectura, sugiriendo textos, clásicos o nuevos, que atraigan a los jóvenes de hoy. No obstante, no se debe buscar el reemplazo del celular u otros elementos tecnológicos de última aparición para volver a la lectura, lo que sería imposible y desaconsejable, sino utilizarlos también para ello, como viene sucediendo con la creciente comunidad de lectores en las plataformas digitales a través de Instagram, Bookstagram, YouTube-Booktube, Blogger-Blog.