Si vamos a buscar ejemplos de países que han atravesado por auténticas crisis económicas, financieras y sociales, similares a la que vive actualmente nuestro país, podemos mencionar el caso de Perú que luego de una larga historia de estancamiento, inflación y crisis logró una etapa de crecimiento con estabilidad monetaria que lo llevó a reorientar la política económica y regularizar la situación financiera con los organismos multilaterales y acreedores privados. Sin duda es el espejo en que debería mirarse la Argentina de hoy, sumida en discusiones estériles en medio de un marcado desequilibrio macroeconómico y una sostenida desvalorización de su moneda.
Algunas fechas y números nos dan una idea de lo que Perú tuvo que atravesar antes de alcanzar el presente que hoy lo distingue como uno de los países más prósperos de la región, que supo revertir malos momentos en base a una adaptación que sus dirigentes en busca de lograr lo que al país le convenía.
Entre 1960 y 1980, los gobiernos peruanos desarrollaron políticas populistas, intervencionistas y estatistas que, evidentemente, no le dieron ningún resultado positivo. El déficit fiscal, un mal que es muy propio de nuestro país, no les permitió financiarse con deuda por lo que se debió recurrir a la emisión de moneda. Eso hizo que a mediados de la década del ’70, durante la primera presidencia de Alan García, se produjera una hiperinflación con precios que acumularon un incremento de 6.921.502%, mientras que el déficit fiscal promediaba el 10,5% del PBI, con un achique de la economía del orden del 25 por ciento.
Con la llegada de Alberto Fujimori a la presidencia de Perú, hubo modificaciones sustanciales que hicieron que el déficit fiscal fuera controlado y reducido. Gracias a esto la inflación anual promedio fue del 4,2% y el crecimiento anual del PBI alcanzó el 5%. El Banco Central trabajó con el sistema de metas de inflación, dentro de un marco de una situación fiscal controlada.
Al ser nuevamente elegido como presidente Alan García, demostró haber asimilado la enseñanza y, en esta ocasión, desarrolló una política promercado y de disciplina fiscal y monetaria que ha garantizado su actual éxito económico.
Perú ha dado muestras en todos sus aspectos que es un país que no está dispuesto a repetir errores y que es respetuoso del legado de la historia, a tal punto que para celebrar el bicentenario de la Independencia en 2021 ya tiene preparado un homenaje a San Martín, con la emisión de un billete de 200 soles con la imagen del Libertador de América.
Aprender de los propios errores es signo de sabiduría, esperemos que nuestros políticos estén dispuestos a una demostración de grandeza frente a la difícil situación del país.