En medio de una América latina convulsionada, por problemas económicos, financieros y sociales, emerge Paraguay como un país que por sus características y comportamiento, pareciera no compartir la realidad que vive la Región. Esta nación ha logrado, en estas últimas cuatro décadas, mantenerse al margen de los conflictos que hoy afrontan la mayoría de los países latinoamericanos y generar muy buenas condiciones para convertirse en un auténtico ‘imán de inversiones” de capitales de países vecinos y de otras partes del mundo.

Paraguay ha conseguido convertirse en el país más próspero de Sudamérica, al crecer en promedio, en estos últimos años, un 7,2 por ciento. Durante el período 2010-2013 experimentó la mayor expansión económica de América latina, con un histórico crecimiento del PBI del 14,5% y 13,6%, respectivamente.

En relación a esos valores, la economía paraguaya puede jactarse de ser una de las más pujantes de América del Sur, a tal punto de que hay una gran cantidad de expertos en economía y de funcionarios gubernamentales que la denominan "La china de América", por el grado de desarrollo alcanzado.

Los procesos electorales a definirse en las próximas horas en la Argentina, Uruguay y Colombia, son seguido con atención por parte de las autoridades paraguayas, quienes están especulando con el comportamiento que tendrán los capitales de esos países en función a los resultados de las elecciones. En ese sentido la Cámara de Diputados acaba de aprobar un proyecto por el que se autoriza al Banco Central a "flexibilizar el ingreso de capitales".

Los factores que han incidido positivamente para que Paraguay tenga un lugar de privilegio en la región son: La estabilidad monetaria y fiscal; una menor tasa de impuestos y la simplicidad del sistema fiscal. También los atractivos regímenes para inversiones como maquila, inversiones extranjeras, zonas francas y amplias exenciones fiscales a las inversiones. El acceso al Mercosur y la excelente relación costo-beneficio de la mano de obra de la región y menores cargas sociales sobre los salarios. Otros beneficios son la abundante disponibilidad de energía eléctrica y las tarifas más bajas de la región. La hidrovía Paraná-Paraguay, con libre navegación en la mayor parte del país durante todo el año. Un clima agradable y ausencia de desastres naturales y abundancia de agua y tierras fértiles para la agricultura.

La fórmula es simple, pero ha hecho posible que este pequeño país mediterráneo se haya convertido en uno de los más atractivos para los inversionistas que buscan poner a salvo sus capitales.