Desde hace tiempo se observa que los operativos de tránsito implementados por la Policía de San Juan no están cumpliendo con el objetivo de corregir la forma de conducir de los automovilistas y motociclistas, para evitar los accidentes que cotidianamente se producen en nuestras calles. Más que operativos, lo que hacen los efectivos de la División Tránsito de la policía local son controles de documentación y estado de los vehículos, conociendo que en esos aspectos está la posibilidad de aplicar costosas multas. Es lógico y correcto que los automotores deben cumplir con todos los requisitos que impone la Ley de Transito, desde los papeles en regla y actualizados, que incluye el seguro obligatorio, hasta el buen estado de la unidad para circular por la vía pública, avalada por la Revisión Técnica Obligatoria (RTO). Pero también es muy conveniente que cada tanto se verifique la forma de conducir en sitios conflictivos de zonas urbanas, semirrurales y rurales, advirtiendo sobre los riesgos que se corren en cada caso.

Más allá de que cada automovilista o motociclista posea su carnet de conductor habilitante, otorgado por el Emicar, y conozca las normas básicas para circular, siempre es conveniente que la División de Tránsito ejerza su tarea de prevención y de docencia en la materia, a fin de inculcar cuáles son las formas correctas de circular por la vía pública. El hecho de que hay numerosos automovilistas y motociclistas que no saben transitar al llegar a una rotonda, es el más claro ejemplo de la necesidad de que se les enseñe, en la práctica, cómo se debe proceder. En este mismo sentido hay otras tantas irregularidades que se deberían corregir advirtiendo o enseñando y no sólo aplicando multas que muchas veces, después, ni se recuerda cuándo ni dónde fueron labradas.

La presencia de turistas que visitan la provincia en determinadas épocas del año, también es algo que se debe tener en cuenta a la hora de castigar duramente alguna acción, que muchas veces se comete porque no están claras las indicaciones de tránsito o porque se desconocen algunas variantes que responden a modificaciones viales realizadas recientemente. No se trata de exceptuar cualquier transgresión, sino solamente aquellas que puedan estar justificadas por el desconocimiento del terreno. 

Las multas deben surgir cuando la Policía de Tránsito observa que algún automovilista o motociclista no está circulando como corresponde por la vía pública y no sólo por el estado en que se encuentra la unidad. Es más importante observar cómo conduce la gente que las condiciones del vehículo en que lo hace. De lo contrario todo hace parecer que los controles de tránsito son un simple instrumento recaudatorio.