Un informe basado en las normativas establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para medir la calidad del aire que se respira, ha determinado que hay al menos 7 comunas de la ciudad de Buenos Aires donde los ciudadanos están expuestos a la inhalación de tóxicos perjudiciales para la salud. Si bien se trata de un problema incipiente, que amenaza con extenderse al resto de los distritos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires, lo preocupante de la situación es que se suma a otros antiguos problemas que afronta la capital del país, como es el de la eterna contaminación de las aguas de la cuenca del Riachuelo y de algunos efluentes o lagos artificiales como en las zonas de Puerto Madero y los bosques de Palermo, donde el año pasado se detectaron la presencia de químicos, líquidos cloacales y bacterias peligrosas para la salud humana.

El problema que hay con la calidad del aire fue detectado por los propios vecinos de las zonas afectadas, quienes promovieron una medición para establecer si los valores estaban acorde a los establecidos por la OMS. La conclusión fue preocupante ya que de 15 comunas analizadas, en 7 se detectó que esos valores se duplicaban por sobre lo aconsejable. Entre los barrios o distritos más afectados figura los populosos Caballito, Barracas, Recoleta, Balvanera, Parque Chacabuco, Villa Crespo, San Cristóbal, Belgrano, Villa Lugano, Flores, Villa Devoto y Retiro.

En cada caso se midió la exposición del gas Dióxido de Nitrógeno (NO2), compuesto por una mezcla de sustancias que salen de los caños de escape de los vehículos que funcionan a gasoil, como los colectivos. El NO2 está asociado a la mortalidad prematura de cuatro millones y medio de personas anualmente en el mundo. Respirar este tóxico podría provocar enfermedades respiratorias como, asma, bronquitis, neumonía, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), cáncer, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares (ACV), señala el informe.

Conciente del grave problema que representa la contaminación del aire de las grandes urbes de todo el mundo, la OMS ha establecido como límite un promedio anula de 21 ppb (partes por billón) de Dióxido de Nitrógeno para garantizar la protección a las personas de los efectos de este gas.

Suman unas 30 mil personas las que residen en la zona afectada hasta ahora, y a las que pronto se les tendrá que dar una respuesta de cómo se va a solucionar este problema. El mayor uso de energías limpias es una alternativa válida.