Hace algunas semanas el programa "Mis primeros mil días" cumplió su primer año desde que fue implementado en la provincia. Si bien las primeras evaluaciones realizadas en forma oficial arrojaron, en términos generales, resultados positivos, hay que reconocer que todavía quedan algunos sectores sin cobertura, en varias zonas de la provincia. Esta situación deberá subsanarse a la brevedad mediante operativos que ayuden a detectar a las madres embarazadas o a los niños de hasta dos años de edad, que a pesar de ser beneficiarios del sistema, todavía no se han acercado para conocer características y ventajas.
Desde el momento de su concepción, este plan nutricional y de consolidación del crecimiento del niño ha adquirido gran relevancia, especialmente en los sectores más carecientes que son los que ahora están soportando con mayor incidencia la crisis económica que afecta al país. Nunca como hasta ahora el programa "Mis primeros mil días" ha sido tan determinante en la correcta nutrición de la madre embarazada o del niño recién nacido, hasta los dos años de edad. La realidad en que se encuentra este sector de la comunidad lo hace más dependiente que nunca, ya que cada vez está más lejos de la posibilidad de asegurar el crecimiento y desarrollo de un niño prescindiendo de la ayuda estatal.
Al inicio de las actividades, el Gobierno preveía que el programa llegaría a una población estimada en 30.000 infantes, conforme a los índices de natalidad del momento, pero ahora puede verse superada una vez que se completen los relevamientos que están pendientes.
Además de la nutrición, el plan prevé otros aspectos importantes como es el complemento de actividades recreativas y deportivas y la conformación de un banco de datos con información referida a la salud de las madres y los niños, de gran utilidad para poder delinear la política de ayuda social que cada vez se está haciendo más necesaria.
Como ya se ha explicado en otras ocasiones el programa busca consolidar el proceso de desarrollo y crecimiento del niño desde el momento de su concepción, lo que ha hecho que su lema "cuidamos lo más valioso: el futuro de cada sanjuanino" se ajusta a la idea de fortalecer al niño en sus primeros años de vida para asegurarle una adultez sana y plena.
Los promotores del programa deberán, ahora más que nunca, asegurarse de que todos los pasos se van cumpliendo de acuerdo a lo previsto, ya que de ello depende que toda una generación de sanjuaninos tengan la posibilidad de crecer sanos e íntegros.
