Tras el obligado balance de la temporada invernal en materia turística, surge la necesidad de mejorar aquellos aspectos que se consideran que no han estado a la altura de los requerimientos de los miles de turistas que llegaron a San Juan durante los meses de junio y julio. Hasta el inicio de la primavera y durante parte de ella, los sectores vinculados a la actividad turística podrán optimizar la manera de prestar sus servicios, acondicionando hospedajes y comedores, haciendo más efectivo el sistema de traslado a los sitios más alejados e incentivando a las poblaciones a que se comprometan más con la actividad, dada la importancia que tiene para el desarrollo económico. Esta acción debe estar a cargo tanto de los privados como del gobierno que, a través del área de Turismo correspondiente, debe planificar mejoras integrales en los lugares turísticos más visitados, para apoyar esta actividad. No se puede concebir que para llegar a los sitios más atractivos haya que recorrer cientos de kilómetros y al hacerlo encontrar poblaciones muy desprovistas de servicios básicos, o que para llegar a destino sea necesario transitar por caminos que requieren mantenimiento y mayor seguridad.
La temporada que está concluyendo ha dejado valores muy interesantes en materia de ocupación hotelera en toda la provincia que estuvo, en promedio, en el orden del 83%. Además, el Ministerio de Turismo y Cultura reveló que en Julio en concepto de gasto turístico, hubo ingresos cercanos a los 1.500 millones de pesos y que entre los departamentos que superaron el 95% de ocupación estuvieron Calingasta y Valle Fértil.
Las mejoras que hacen falta están referidas a ampliar la capacidad de hospedaje, tanto en la ciudad de San Juan como en los departamentos turísticos, y dotar a esos sitios de atractivos que hagan más placentera la estadía. Lugares como el camino a Ischigualasto, en Valle Fértil; la Difunta Correa, en Caucete; el distrito Barreal, en Calingasta o Las Flores y la Villa de Rodeo, en Iglesia, deben poblarse en base a un plan de desarrollo que tenga al turismo como eje de crecimiento, para dejar de ser zonas que transmiten la sensación de ser sitios abandonados y más alejados de lo que se encuentran.
San Juan se ha preocupado en estos últimos tiempos por ofrecer un amplio programa de actividades sociales, culturales, deportivas y económicas para incentivar el turismo receptivo. A esto habría que sumarle un desarrollo más integral en las zonas más alejadas para que la provincia tenga la posibilidad de figurar entre las alternativas de los programas nacionales de promoción turística, entre ellas la nueva versión del pre-viaje, que es una buena posibilidad para incrementar el número de personas que lleguen a la provincia.
