Hay dos factores a tener en cuenta para tratar de evitar los incendios que terminan con la destrucción total de humildes viviendas y familias que quedan desprovista de todo, como viene ocurriendo con cierta frecuencia en nuestra provincia en los últimos meses: Asegurarse de realizar correctamente las instalaciones eléctricas y de otros servicios como el gas, para minimizar los riesgos de accidente, que por lo general terminan con un incendio de grandes proporciones, y contar con personal capacitado para controlar esas instalaciones o prohibirlas si no reúnen todos los requisitos de seguridad. Todo indica que ese personal no debe ser otro que los bomberos voluntarios de cada jurisdicción, quienes deberían recibir una instrucción apropiada para ejercer esa tarea con la autoridad que otorga el conocimiento. 

En San Juan hay 12 de los 19 departamentos que cuentan con cuerpos de bomberos voluntarios, que intervienen en todo tipo de siniestros. Su capacitación es muy exigente y conocen sobre todos los aspectos que pueden llegar a provocar un incendio, como en los que les toca intervenir periódicamente, en la mayoría de los casos con más rapidez que las divisiones del Cuerpo de Bomberos de la Policía de San Juan. 

Las jurisdicciones con cuerpos voluntarios de bomberos son Albardón, Caucete, Pocito, Rawson, San Martín, Santa Lucía, Ullum, Valle Fértil, Zonda, Rivadavia, Capital y el cuerpo que tiene jurisdicción sobre toda la provincia que tiene su sede sobre calle Benavídez en el departamento Chimbas y que puede actuar en beneficio de cualquier punto de San Juan. 

La capacitación de los bomberos para que entiendan más profundamente en la habilitación de sistemas eléctricos aplicados a la construcción, podría traer aparejado una mejora en todos los aspectos para estos cuerpos que siempre están requiriendo algunas mejoras, ya sean económicas, con alguna retribución personal que en la mayoría de los casos no percibe; de protección a través de algún seguro, y de equipamiento con elementos adecuados para cumplir con su labor. 

De esta forma cada cuerpo de bombero en su jurisdicción o por vinculación de vecindad entre los departamentos, sería el responsable de verificar que las instalaciones que, por lo general, se realizan en viviendas precarias, en villas o asentamientos cuenten con la protección mínima para evitar incendios. Controlar si se está usando los cables aprobados y apropiados, las llaves reglamentarias que accionan los sistemas, y el tan necesario disyuntor o llaves térmicas que constituyen una garantía ante los cortocircuitos u otras irregularidades en el funcionamiento de una instalación. En la época que vivimos no se pueden permitir las instalaciones clandestinas y lo que se ha indicado constituye los requisitos mínimos para que una instalación esté correctamente habilitada.