Varias señales positivas, en el enrarecido panorama financiero, se activaron al promediar la semana gracias a la estrategia que llevaron adelante el Gobierno y el Banco Central de la República Argentina (BCRA) al proceder con el desarme de la denominada "bomba de las Lebac”.

En un intento por calmar el mercado, el Banco Central informó debidamente los detalles de la segunda parte del desarme de las Lebac (Letras del Banco Central), con lo que consiguió disipar las dudas que provoca la inyección de liquidez, que supone el programa de desarme de esas letras.

Entre algunas de las señales positivas que se dieron dentro de este proceso, hubo un ingreso de capitales externos que se volcó a comprar títulos del Tesoro, en pesos a corto plazo. También se produjo un aumento del 1% promedio de los bonos que cotizan en el exterior lo que favoreció otra baja del 5% en la tasa de riesgo país (pasó de 656 puntos a 622 puntos) y un alza de hasta el 16% en las acciones argentinas en Wall Street.

El mejor clima financiero se vio reflejado con una baja del dólar en el orden del 1%, sin necesidad que el Banco Central interviniera. También estuvo motivado por la noticia de que el Gobierno nacional ya tiene pactadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) las modificaciones al acuerdo original que permitirá disponibilidad de recursos en moneda extranjera.

Hay que destacar que todos los esfuerzos realizados, apuntaron a evitar que se genere una mayor presión sobre el tipo de cambio, ya que debemos tener en cuenta que buena parte del mercado esperaba un salto alcista del dólar derivado de la liberación de $230.000 millones, que momentos antes estaban invertidos en Lebac.

Los analistas económicos advierten que es evidente que con el golpe de gracia aplicado a las Lebac, el BCRA recuperó el control de las variables cambiarias y con ello podría alcanzar una estabilización financiera como un paso previo para la anhelada recuperación económica, aunque esto no sucederá de inmediato.

Se deberá seguir trabajando con la idea de que la liquidez propia del desarme de las Lebac no genere problemas en el mercado cambiario ni financiero. En función de ello, el BCRA dispuso un nuevo aumento de los encajes bancarios que quitan de circulación unos $100.000 millones.

Con el desarme de Lebac se avanza progresivamente hacia la eliminación de un recurso financiero que ha generado numerosos inconvenientes vinculados a la especulación, que en nada beneficia a las variables económicas.