Según ha ordenado el juez Gustavo Lleral, que interviene en el caso de la desaparición de Santiago Andrés Maldonado, este viernes se entregará el cuerpo del joven artesano a la familia para la inhumación correspondiente, comunicando la decisión a la morgue judicial de la Corte Suprema, donde permanece el cuerpo. Este día se darán a conocer oficialmente las pericias multisectoriales de las que participaron más de 50 especialistas quienes llegaron a una conclusión inequívoca: Maldonado murió por asfixia por inmersión.

La historia de la infamia de querer endilgarle al Gobierno nacional una desaparición forzada, ejecutada por la Gendarmería Nacional, muestra hasta qué punto puede llegar la hipocresía de implementar una estrategia política electoral, elaborando versiones, declaraciones de testigos falsos y una campaña ideológica que se extendió a todo el país y el exterior con el único fin de relacionar al gobierno de Mauricio Macri con la ignominia de la última dictadura. Más todavía, descalificando a la Gendarmería como brazo ejecutor de una represión a los mapuches que nunca existió.

La utilización política del caso Maldonado mediante los aceitados mecanismos propagandísticos de la izquierda combativa, repercutió en los organismos internacionales de derechos humanos y el montaje perverso ganó las calles con el relato mentiroso y el activismo con multitudinarias manifestaciones de protesta por la supuesta desaparición. Lo grave es que la versión falaz fue legitimada por las entidades y personajes que tenían credibilidad en la opinión pública, como las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, sindicatos como Docentes, Sanidad y ATE, entre otros, el diario Página 12 con la dialéctica torcida de Horacio Verbitsky y hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Incluso la expresidenta se mostró acongojada en una misa, portando una foto de Maldonado.

Es decir, no fue una manipulación aislada sino bien orquestada.

Es de esperar que el cierre de este capítulo oscuro de nuestra historia política culmine con las disculpas de los ideólogos y de los organismos oportunistas al pueblo argentino. Pidan perdón a una institución ejemplar como es Gendarmería y, en particular, a la dolida familia Maldonado utilizada como escudo de una mentira canallesca.