Expertos en incendios sostienen que el fuego que destruyó más de 550 hectáreas de las 750 que tiene el Parque Presidente Sarmiento, en Zonda, no se originó en el lugar, sino que vino de la zona Oeste del departamento. Bastaron unas pocas chispas alentadas por el viento Zonda del jueves pasado, que superaron la barrera de la calle Las Moras, para destruir uno de los humedales con los que contamos en la provincia de una manera que ni las 25 dotaciones de bomberos que trabajaron pudieron evitar la quemazón. 

Desde esta misma columna, en numerosas ocasiones hemos señalado la conveniencia de mantener máxima alerta los días de viento Zonda por la propagación de incendios. En esta ocasión el Parque Sarmiento, que ya había sido víctima de otros incendios menores, pero no por ello menos destructivos, ha quedado devastado en su totalidad, por lo que resultará de ahora en más muy difícil su recuperación particularmente por la sequía que afecta a la provincia. Esto hizo que parque estuviera muy seco, lo que resultó propicio para que el fuego avanzara con celeridad, destruyendo toda la vegetación y árboles de las inmediaciones, como también afectando seriamente la fauna local integrada por zorros, liebres, y gatos montes, entre otros animales. 

Así como el Parque Sarmiento haya otras zonas de la provincia que, por la estación en la que estamos, la falta de humedad en el ambiente y la falta de agua para riego, son proclives a ser afectadas por fenómenos similares, que por lo general son muy destructivos. Zonas como Médano de Oro; sectores rurales y semi-rurales de departamentos productores y algunos parques o campings municipales, son sitios donde pueden originarse incendios que luego resulta muy difíciles controlarlos. 

En estos casos las recomendaciones no son diferentes a las que se sugieren para otros tipos de incendio: contar con vías de acceso hacia el lugar del siniestro que estén despejadas para permitir el ingreso de los carros de bomberos y efectivos; contar con reservas de agua en las cercanías para que los bomberos puedan hacer su trabajo sin la preocupación de saber de dónde sacarán agua; contar con bomberos debidamente equipados para intervenir en este tipo de incendios, que tienen características especiales debido a que cubren grandes superficies y el viento hace que las llamas cambien de dirección permanentemente. 

También es importante la colaboración de los vecinos, que son los que conocen la zona y las características del terreno y pueden asesorar a los bomberos. La posibilidad de usar el helicóptero de la provincia provisto de un hidro-balde de unos mil litros de agua, es una alternativa a tener en cuenta para determinados incendios, pero que en esta ocasión no se consideró, tal vez, por el horario o por alguna otra causa que deberá ser analizada para contar en el futuro con este recurso que puede resultar muy efectivo.