Desde que comenzó a regir la prohibición del ingreso de ganado chileno a los valles cordilleranos de nuestra provincia, en la temporada 2019-2020 -actividad que se conoce como "veranada"- se han registraron muchos casos de pastoreos clandestinos que, en este momento, dada la gravedad de la crisis hídrica que afecta a San Juan, no se pueden permitir bajo ningún concepto. Ante esta situación y si bien todavía faltan varios meses para la nueva temporada, es necesario que se dispongan mayores y más efectivos controles, con la colaboración de Gendarmería y otros organismos de seguridad, para evitar, como ha ocurrido en casos anteriores, el ingreso clandestino que tiene graves consecuencias ambientales y conservacionistas.

En el inicio de esta prohibición la causa principal fue la pandemia de covid-19 que determinó la imposibilidad de que los crianceros chilenos pasaran a territorio argentino para evitar la propagación del virus, pero las dos últimas temporadas el motivo fue la crisis hídrica que afecta a nuestra provincia y la necesidad que se impone de resguardar las pasturas de la zona cordillerana. Expertos en el tema ambiental coincidieron en aconsejar a las autoridades de gobierno la suspensión de esta actividad por la falta de precipitaciones pluviales y níveas y en espera de que sean recuperados los humedales de toda la zona. Explicaron que no es aconsejable que el ganado consuma las escasas pasturas perennes existentes en los valles cordilleranos ya que son las que contribuyen con la recuperación y conservación de las laderas de los cerros, evitando su erosión en forma desmedida e imposibilitando la retención del agua cada vez que ocurren precipitaciones, algo que actualmente es muy valioso.

Por las propias condiciones climáticas, históricamente el ingreso del ganado chileno se ha producido entre los últimos meses del año y marzo del siguiente, coincidiendo con la temporada estival que es cuando los pastizales pueden ser mejor aprovechados. De todas maneras es necesario que las autoridades de gobierno locales reiteren a sus pares de Chile la prohibición en vigencia y recuerden nuevamente las penas a aplicarse en caso de transgresiones, las que pueden llegar al decomiso de los animales.

Durante la última temporada el intendente de Calingasta, Jorge Castañeda, advirtió sobre el ingreso de crianceros chilenos al departamento y pidió que se tomaran medidas para evitar mayores daños en la zona.

Las veranadas generan un impacto ambiental propio de una actividad que mueve miles de cabeza de ganado caprino, ovino y bovino, que avanzan sobre las pasturas autóctonas, y cientos de personas que generan todo tipo de deshechos propios de la presencia humana en cualquier lugar, y esto es lo que hay que evitar en condiciones ambientales tan precarias.