Los exabruptos del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, contra el Gobierno argentino tras el incidente protagonizado por la canciller Delcy Rodríguez, que intentó sumarse a la reunión del Mercosur sin ser invitada, muestran la conocida estrategia prepotente de los regímenes populistas, como el que somete al país caribeño.
La dictadura chavista con fachada institucional, muestra los atropellos no sólo contra el sufrido pueblo venezolano que sobrevive en medio del saqueo para comer y protestas en demanda de libertad y mejores condiciones de vida sino que arremete también contra los gobiernos de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, fundadores del Mercosur. Venezuela, como miembro del bloque comercial nunca respetó las normas del grupo en sus cuatro años de permanencia, obligando a la suspensión actual.
Maduro, como lo había expresado antes su segundo, Diosdado Cabello, también llamó "cobarde, oligarca y ladrón" a Mauricio Macri acusándolo de "mandar" a agredir a la canciller chavista, que a toda costa pretendía participar en la reunión del Mercosur, celebrada en el Palacio San Martín el jueves pasado.
Es que así actúa el chavismo y por eso también utiliza un lenguaje apropiado, de manera que Maduro afirmó que "los esbirros" del mandatario argentino atacaron a Rodriguez. Por supuesto, los insultos, las peroratas ideológicas y la invitación al encargado de negocios argentino para que abandone el país caribeño, tuvieron el marco televisivo, copia del modelo cubano. Macri no entró en el juego de las provocaciones y ante una consulta de la prensa se limitó a decir que es de cobarde, someter a un pueblo, en alusión de la política de Maduro.
Pero como en el viejo dicho, dime con quién andas… Delcy Rodriguez se movió a sus anchas en la plaza donde le habló a La Cámpora que la aplaudía por su "valentía"; luego lo hizo en el búnker kirchnerista y también fue al bloque K de Diputados a exhibir sus "lesiones". En todos los lugares volvió a llamar "golpistas" a los presidentes de Argentina, Brasil y Paraguay por el sólo hecho de reclamar a Venezuela cumplir con las cláusulas democráticas y reglamentarias del bloque comercial al que se sumó en 2012 por el impulso demagógico de Hugo Chávez junto al populismo que reinaba en el Mercosur, hasta su paralización.
