Mediante un informe oficial sobre la expansión del coronavirus, el Gobierno chino ha señalado que tiene controlada la situación, dentro de sus fronteras, de manera que ahora su tarea se centra en atender los casos asintomáticos. En Occidente siempre se desconfía de las afirmaciones de Pekín por ser la única voz cantante ante la mordaza a la prensa, y da a conocer un panorama sanitario de tranquilidad, como la vuelta a la normalidad en la ciudad de Whuan, donde se originó la enfermedad, aunque hay dudas acerca de la cifra de muertos ya que las incineraciones no coinciden con el número de fallecidos reportados. Son muchos más.

En ese contexto Japón, Corea del Sur, Taiwán, y Singapur, entre otras naciones del sudeste asiático sostienen que tienen bien encaminada la contención de la pandemia y se resisten a aplicar medidas restrictivas drásticas, como aconsejan los especialistas, y no priorizando la reactivación económica como prevalece en la región. Las imágenes de trabajadores que colman la estación de Tokio para dirigirse a sus rutinas, el martes último, se contraponen con las ciudades vacías y la paralización existente en el resto del mundo como única forma de evitar contagios masivos.

Frente a este panorama, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha indicado que la epidemia está lejos de haber terminado en Asia y el Pacífico occidental, porque esos países deben prepararse para enfrentar la transmisión comunitaria a gran escala de manera de evitar el rebrote luego de haber conseguido la disminución gradual del número de casos. Poco se habla de la situación de pequeñas naciones del Pacífico sin una infraestructura hospitalaria acorde con la magnitud de la pandemia, y deben enviar las muestras a otros países para determinar diagnósticos, pero se encuentran con la interrupción de los vuelos.

Si bien en China los casos de contagio local se han reducido prácticamente a cero, aunque se sigue dudando de sus estadísticas, a la OMS le preocupan los infectados importados que se multiplicarán sin duda al flexibilizarse las restricciones en la nación asiática. Por eso el organismo de las Naciones Unidas insiste ante los países miembros que en esta lucha nadie puede cantar victoria, y menos cuando el Covid-19 está azotando a Europa y Estados Unidos sin conseguir superar la crisis.

Al conocer estas situaciones, más debemos reconocer que el modelo preventivo impuesto en la Argentina es el correcto con el aislamiento social y mayor equipamiento hospitalario para ganarle tiempo al implacable enemigo invisible.