Desde hace un tiempo a esta parte se ha dicho que la construcción en San Juan está a la vanguardia de las de otras partes del país y del mundo. Los terremotos de 1944 y 1977 respectivamente fueron decisorios para que nuestra provincia y el resto del país contara con las normas y reglamentaciones para construcciones sismorresistentes, que son las que han hecho posible que otros sismos con características de terremoto, como el de enero último, no ocasionaran mayores daños en la mayor parte de la población.
El derrumbe del edificio residencial acontecido en Miami, Estados Unidos, ha hecho ver la necesidad de contar en todo momento y lugar con normas rigurosas en materia de construcción, como las que tiene actualmente en vigencia la provincia de San Juan y que son fiscalizadas por organismos oficiales como el Ministerio de Obras y Servicios Públicos del gobierno de la provincia y el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres), que en forma conjunta establecieron el código de construcción vigente en la provincia. Son estas pautas las que han hecho posible el desarrollo del conocimiento y la enseñanza en el diseño y la construcción sismo resistente, la existencia de reglamentos modernos y el control municipal de su aplicación efectiva en las obras.
Un hito fundamental fue la creación por Ley Nº 19.616 del 8 de mayo de 1972 del Inpres encargado de desarrollar las Normas Argentinas de Construcción Sismorresistente. Desde entonces las nuevas construcciones en San Juan y el resto del país responden a un reglamento moderno lo que se ha visto reflejado en las diferencias de comportamiento de las construcciones desde 1977 hasta la fecha. También la enseñanza en las universidades de los principios básicos del diseño y construcción sismorresistente ha sido fundamental en este aspecto, ya que en universidades como la Nacional de San Juan las carreras de Ingeniería y de Arquitectura gozan de un notable prestigio respecto del desarrollo de conocimientos relacionados con las construcciones en zonas sísmicas.
La existencia de los reglamentos sísmicos modernos que son, en definitiva, una planificación escrita de lo que se quiere lograr y lo que debe hacerse, y la continuidad de esa reglamentación en forma vigente y actualizada a lo largo de casi 50 años, es lo que ha permitido sostener en el país y en la provincia una suerte de política de Estado en relación con la ingeniería sismorresistente que hasta ahora está dando buenos resultados.
