Fueron casi dos décadas durante las cuales los monoblock de la avenida Libertador antes de Meglioli, en el departamento Rivadavia estuvieron abandonados a medio construir. Todo presagiaba que esa edificación quedaría por siempre sin terminarse ante su complicada historia que databa de 1993, en que la Cooperativa de Vivienda y Consumo San Juan Ltda., conjuntamente con el IPV iniciaron el proyecto que luego quedó detenido al presentarse en quiebra la empresa que lo ejecutaba.
Hubo que esperar hasta 2019 para que el Gobierno de la Provincia, a través del IPV se comprometiera a continuar la tarea a fin de que las familias inscriptas en este plan pudieran alcanzar el sueño de la vivienda propia. Con esta actitud se llegó el jueves pasado a concretar la adjudicación y entrega de llaves del complejo con la presencia de las máximas autoridades nacionales, encabezadas por el presidente Alberto Fernández, y provinciales, por el gobernador Sergio Uñac, demostrando la importancia que ha tenido el hecho de terminar esta construcción. Haciendo un parangón, aunque marcando las diferencias, se puede decir que este hecho recuerda el momento en que se retomó la obra del Centro Cívico, después de décadas de estar paralizada, y su posterior inauguración ante la admiración de mucha gente que no creía que fuera posible este logro.
El empeño por terminar el Gran Libertador debe servir de ejemplo para otras tantas obras que hay en el Gran San Juan, que han quedado detenidas en el tiempo por falta de financiación o por problemas propios que se presentan en este tipo de emprendimientos. En el radio céntrico de la ciudad de San Juan hay varios edificios de departamentos que están sin terminar y que sería conveniente impulsarlos a través de alguna línea especial de financiamiento, ya que su concreción contribuiría a solucionar problemas de vivienda a mucha gente que puede acceder como propietarios o alquilando esos inmuebles.
Para hacer posible la terminación de los 141 departamentos del Gran Libertador fue necesario hacer un esfuerzo mayúsculo readecuando las estructuras, normalizando las instalaciones y concretando otros cambios que no estaban contemplados en el proyecto original. De esta forma la obra quedó en condiciones y ahora ya está siendo disfrutada por las familias adjudicatarias que nunca bajaron los brazos en la tarea de gestionar ante las autoridades de turno la terminación de este barrio.
