La Administración Espacial Nacional China ha dado otra muestra del evolucionado desarrollo de sus investigaciones sobre el origen del universo, al enviar a la Luna una nave no tripulada para recoger rocas y polvo de la composición del satélite natural de la Tierra, y plantar la bandera roja estrellada de esa nación como símbolo de una conquista científica trascendente. De esta manera, China se convirtió en el segundo país en dejar una bandera oficial, tras medio siglo de que lo hiciera Estados Unidos durante la misión Apollo-11, en 1969.

Fuera del impacto geopolítico de la bandera, la nave Chang’e-5 tuvo una tarea compleja, que todavía no termina, al alunizar en una llanura volcánica de la cara de la región conocida como Océano de las Tormentas, donde se cree que las rocas de esa zona son mucho más recientes que las muestras recolectadas por las misiones estadounidenses y soviéticas, desde que la carrera espacial comenzó a buscar elementos para conocer cómo se fueron produciendo eventos en el sistema solar.

Las rocas de Mons Rümker, el lugar de alunizaje de la nave china, podrían tener una edad de 1.300 millones de años, muy jóvenes en comparación a las de 3.000 millones de las recolectadas en otros sitios por misiones anteriores, como las norteamericanas, para que los científicos puedan determinar los sucesivos cambios en la evolución planetaria de la que somos parte. El material geológico llegará en los próximos días al lugar de aterrizaje de la Chang’e-5, en Mongolia, si todo marcha bien.

De acuerdo a la Sociedad Planetaria, una organización internacional sin fines de lucro, esta misión china ayudará a los científicos a entender lo que ocurrió en la última etapa de la historia de la Luna, y cómo la Tierra y el Sistema Solar han evolucionado. El estudio es parte de un rompecabezas del que participan Japón, trayendo a la Tierra materiales recogidos del asteroide Ryugu, y una de la NASA que prevé traer muestras del asteroide Bebbu, en 2023, más otra del organismo norteamericano y de la Agencia

Espacial Europea que recogerán muestras en Marte en la próxima década.

La misión lunar de China se destaca ahora por el momento en que se está realizando, en un año atípico con retroceso o freno en la mayoría de los emprendimientos de esta magnitud debido a la crisis sanitaria y la caída de la economía. El coloso asiático, donde se originó la pandemia, mantiene su crecimiento conteniendo al Covid-19, ha revalorizado el yuang con respecto al valor del dólar, y la productividad se expande.