Bajo ninguna circunstancia se pueden tolerar los cortes de rutas y otros incidentes, que los integrantes de la comunidad mapuche lof Lafken Winkul Mapu vienen realizando en distintos puntos de Bariloche. El perjuicio que se provoca a los transportistas, como también a los miles de turistas que recorren la zona durante el receso de invierno, debe llevar a que las autoridades sean inflexibles en no admitir este tipo de manifestaciones oportunistas, con las que se busca provocar desorden y caos.

Las acciones comenzaron a principios de la semana pasada con el corte de la Ruta 40, camino al Bolsón, en reclamo por la liberación del cacique mapuche Facundo Jones Huala, al que hace unos días la Cámara de Casación Penal de Comodoro Py le dictó la prisión domiciliara. Desde ese momento varias organizaciones mapuche comenzaron a pedir por su liberación, en una forma inapropiada. En este caso hubo un corte de ruta, la presunción de la ocupación de un antiguo hotel en las inmediaciones del Lago Mascardi y manifestaciones en el Centro Cívico de Bariloche, con toma de las oficinas de Parques Nacionales. Esto último -según ellos- para aclarar que no habían pretendido tomar el hotel abandonado. También aprovecharon para evocar a Rafael Nahuel, el joven mapuche que falleció el año pasado tras un operativo de desalojo de tierras realizado por Prefectura.

Desde el inicio de la actual gestión del Gobierno nacional, agrupaciones mapuches del sur del país han estado en pie de guerra con las autoridades provinciales y nacionales, por diversos motivos. La participación de miembros de la agrupación RAM2, que actúa tanto en Chile como en nuestro país, ha hecho que todos los pedidos reivindicatorios de esos pueblos originarios se concretaran con actos de violencia o destrucción.

La posición que ha tomado el Gobierno nacional en relación a esta situación es acorde a la defensa del Estado de Derecho, ya que como ha dicho el presidente Macri, no se va a permitir que nadie esté por encima de la ley.

Los mapuches están avasallando contra los derechos de los ciudadanos argentinos al cortar las vías de circulación y no permitir el tránsito normal, además de obstaculizar actividades económicas y dificultar la prestación de servicios esenciales. Todo esto es lo que no se puede admitir en un país como el nuestro y en una región o centro turístico donde, precisamente, en estos días se concentra una gran cantidad de turistas que hacen presagiar un buen momento para la economía del lugar.