Entre las consecuencias más graves de la sequía que se está generalizando en el país, el peligro de los incendios en las zonas rurales es una de las que más preocupan por el efecto devastador de la flora y a la fauna, además de poner en riesgo a poblaciones enteras que, muchas veces, carecen de medios apropiados para combatir el fuego. Desde el comienzo de año, al menos en seis provincias, Corriente, Entre Ríos, Buenos Aires, La Pampa, Río Negro y Santa Cruz, se han detectado focos de incendio que se han visto alentados por las duras condiciones de sequía que afecta a esas jurisdicciones. La escasez de lluvias es una de las causas directas de la quema de pastizales y de bosques autóctonos, como también de la mortalidad de animales que se ha observado, lo que tendrá serias consecuencias en las economía regionales y en otras actividades generadoras de ingresos genuinos como la agricultura y el turismo.

El fin de semana pasado, en la localidad de El Hoyo, en Chubut, se declaró uno de los peores incendios que se recuerden en la zona. En las inmediaciones del cerro Currumahuida, un foco ignio de grandes proporciones comenzó a avanzar sobre los bosques y, lo que es más grave, sobre las poblaciones vecinas en lo que los expertos han calificado como un "incendio de interfase” que ocurre cuando los siniestros se desarrollan en áreas contiguas urbanas-rurales, o donde se entremezcla la vegetación con estructuras edilicias tales como viviendas o establecimientos agrícolas. El anuncio de evacuación no se ha hecho esperar, al igual que el de emergencia, y hasta ayer se esperaban mayores acciones para evitar que el fuego avance.

Otros puntos críticos están localizados en la Mesopotamia argentina, en provincias como Corriente y Santa Fe, donde el fuego ha provocado la muerte de miles de cabezas de ganado. Este fenómeno, que no se producía desde hace muchos años en esta rica zona del país fue motivo de duras críticas contra el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, Juan Cabandié. La inoperatividad del funcionario para hacer frente a la emergencia y acudir con soluciones concretas dentro de la tarea de combatir los incendios rurales, ha sido objeto de cuestionamientos, por la baja efectividad en promover acciones que minimicen las consecuencias desastrosas que se están dando en distintas regiones.

El panorama que se prevé para las próximas semanas no es muy alentador ya que las condiciones climáticas no variarán. La situación es grave para las zonas productivas y también para el resto del campo donde se considera que habrá una profundización de la sequía. Las lluvias de la semana pasada resultaron en general escasas o nulas en la mayor parte del país, mientras que las temperaturas superaron los 34¦C, con picos de más de 40¦C en el NOA, lo que obliga a extremar las medidas para que esta situación no vaya a generar nuevos incendios.