La "caza de delincuentes” iniciada por los vecinos del partido bonaerense de Florencio Varela, es un llamado de atención a las autoridades en relación a los excesos que en ocasiones se cometen cuando no se tienen en cuenta los principios del derecho de legítima defensa y se arremete violentamente con la sola presunción de un delito. Lo que se pretende mostrar como un acto de heroísmo frente a la delincuencia, es una actitud totalmente inadmisible por el riesgo que implica y las consecuencias legales que puede tener una acción de estas características. Además porque no corresponde a los civiles la tarea de determinar culpabilidades y aplicar penas como linchamientos y otras medidas similares.
El caso de los vecinos de Florencio Varela adquirió relevancia por la forma de actuar, que va más allá de la habitual organización vecinal con la colocación de cámaras de seguridad, alarmas contra robo o de implementar un sistema de comunicación interna. En este caso la "caza de delincuentes” es a todo o nada y los vecinos ya han asumido que están dispuestos a correr el mayor de los riesgos y afrontar las consecuencias que implican este accionar.
El riesgo está dado por la diferencia que existe entre las características que tiene un delincuente, que se arriesga a todo, y un ciudadano común, que por más que se vea impulsado por el sentido de justicia nunca tendrá la misma forma de reaccionar o de actuar. Si a esto le sumamos la experiencia en delinquir y otras habilidades como la de manejar un arma o conocer sitios de escapatorias, es muy probable que el vecino no esté lo suficientemente preparado para enfrentar al malviviente.
Respecto de las consecuencias que la justicia por mano propia puede llegar a tener, hay que considerar que las leyes muchas veces no amparan a quienes enfrentan a un delincuente, lo reducen o lo matan. El derecho de legítima defensa está reservado a casos específicos y no corresponde a actos premeditados.
De todas maneras, la forma en que están actuando los vecinos de Florencio Varela es un fuerte llamado de atención a las autoridades representadas por el Estado, la Policía y la Justicia, que no están haciendo sus mejores esfuerzos para solucionar el problema de la inseguridad que, indudablemente, va en aumento.
