Por lo cotidiano y las pocas denuncias que se formulan, el hurto o robo de bicicletas en la vía pública casi pasa desapercibido para las estadísticas o crónicas policiales. De todas formas resulta uno de los delitos más comunes, que afectan a numerosas personas, especialmente las de menor poder adquisitivo. Aunque también se han registrado algunos casos de hurtos de bicicletas muy costosas, pertenecientes a deportistas o personas que las adquieren para entrenamiento o esparcimiento.
La bicicleta, junto con las motos, es uno de los medios de traslado que más se ha popularizado en la provincia, especialmente motivado por el costo de las naftas, estacionamiento y otros ítems vinculados al mantenimiento de los automotores. Si bien en la ciudad Capital son numerosas las personas que utilizan bicicletas, el mayor índice de robos se da en los departamentos, donde es común dejar las bicicletas sin candado o sin vigilancia. Más allá de las medidas de seguridad que pueda implementar el propietario, sería conveniente un reordenamiento de la tenencia de estos rodados, similar a la dispuesta en la ciudad de La Plata, en Buenos Aires, donde se ha creado un registro para identificar la tenencia. Se marca en cada bicicleta un código alfanumérico que funciona como una patente pero sin costo.
