Con 48.572.796 de dosis aplicadas, según el Monitor Público de Vacunación -organismo que depende del Ministerio de Salud del Gobierno nacional-, la Argentina es uno de los países de Latinoamérica que más vacunas ha suministrado, aunque esto no la exime de que los operativos siguen siendo lentos e insuficientes para tratar de alcanzar la inmunidad de rebaño o completar esquemas de vacunación.
La meseta en la que se han ubicado los contagio de covid-19 en cualquiera de sus variantes, especialmente las temibles Delta y Mu, con un número de casos todavía no muy alarmantes, debe ser aprovechada para avanzar decididamente con las campañas de vacunación. Para esto es necesario aplicar una serie de recomendaciones, ya mencionadas en notas anteriores, para agilizar el proceso de vacunación mediante algunos recursos prácticos como salir a vacunar por los barrios, implementar un mayor número de autovac o de puestos de vacunación en lugares concurridos, y exigir el requisito de la vacunación para participar de eventos de carácter social, deportivo o cultural.
Donde surge un interrogante que hasta ahora no ha sido aclarado por las autoridades sanitarias es en la diferencia entre las dosis distribuidas y dosis aplicadas. Las primeras alcanzaban el sábado pasado 53.294.829 dosis contra los 48.572.796 aplicadas. Es decir una diferencia de 4.722.033 dosis que no se conoce su destino como lo requiere un buen balance nacional y la necesidad de disipar dudas en las provincias.
En nuestra provincia las vacunas recibidas hasta la semana pasada que llegaron y se distribuyeron en los distintos puntos de vacunación sumaron 924.300 dosis, entre las marcas Sputnik V, Sinopharm, Astrazeneca, Moderna y Pfizer, según consignó la jefa del Programa Provincial de Inmunizaciones, Lic. Marita Sosa. De ese total para una primera aplicación se utilizaron 499.491 mientras que para la segunda 369.133, estableciéndose una diferencia de 55.676 dosis que no han sido declaradas por las autoridades de Salud Pública de la provincia respecto de su destino debido a que son dosis que quedan en espera para cubrir franjas etarias que están pendientes. Estas cifras corresponden a los totales de población vacunada si las comparamos con el padrón electoral utilizado para las últimas elecciones que habilitó a 579.913 electores. Es decir que con la primera dosis se habría cubierto el 90% de la población y con la segunda un 73%, aproximadamente.
Respecto de la vacunación de menores de 17 años, con la primera dosis ya se ha superado alrededor del 53% entre las que se incluyen las 1.170 dosis de Pfizer que llegaron especialmente a San Juan.
Estos porcentajes deberían incrementarse en la medida que se activen sistemas más rápidos y se salga a vacunar a la gente en sus propios ámbitos, una acción que resulta imprescindible para tener a la población resguardada.
