La Unión Industrial Argentina (UIA) ha reiterado los reclamos al Gobierno nacional por las serias dificultades que tienen las empresas para importar materias primas e insumos críticos, destinados a la producción nacional, debido a las actuales regulaciones del comercio exterior. La falta de esos elementos que no existen en el país impide la recuperación de la actividad fabril, según la central empresaria, a la vez de rechazar de plano de que por este motivo se acuse a las firmas por un presunto desabastecimiento.

Lo que puntualiza el empresariado del sector es que el actual esquema del Sistema Integrado de Monitoreo de Importaciones es un instrumento para sostener una balanza comercial superavitaria, lo cual es un freno a la expansión productiva. No obstante, para las autoridades no es que falten insumos sino que hay sectores oligopolios que buscan adelantar importaciones para aprovechar el tipo de cambio oficial de 91 pesos por dólar de manera especulativa.

Sin embargo es por todos conocidos el nivel de intervenciones del Banco Central llegando a comprar en la primera quincena de este mes más del 50% de las divisas operadas en plaza, imponiendo de hecho limitaciones a la actividad industrial y la repercusión en la economía en general. Es que la incidencia de las 50.215 empresas industriales del país sostiene 1.123.572 puestos de trabajo con una masa salarial de 100.000 millones de pesos mensuales, salvo aguinaldo, que se inyecta al consumo interno.

Por eso la preocupación en la cadena productiva es por la falta de transparencia y previsibilidad en los tiempos de aprobación de las licencias no automáticas del sistema de importaciones, impidiendo la planificación de la producción y sus compromisos con el mercado. Esto implica una caída en la capacidad instalada que en enero pasado fue del 57,2% una cifra lejana al 82% registrada en 2011 mostrando un claro retroceso.

Hay casos puntuales como las automotrices, alentadas por el Gobierno para incrementar sus exportaciones, pero tanto las terminales como las autopartistas tienen serias limitaciones para importar componentes indispensables en sus líneas productivas. Este ejemplo es válido para conocer la consecuencia de más del 80% de los empresarios que reconoce perjuicios por las demoras o las trabas para lograr la aprobación de algunas importaciones generándoles pérdidas o enfrentar ciertos sobrecostos.

El problema es político y la respuesta a miles de fábricas está en manos del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.