A medida que transcurre el tiempo es mayor la cantidad de personas que recurren a los suplementos dietarios o suplementos deportivos, en busca de alcanzar niveles de desarrollo de sus cuerpos sin necesidad de largas sesiones de gimnasio o de un entrenamiento demasiado extenuante. Algo parecido ocurre con el consumo de bebidas energizantes, que se ha generalizado en un público demasiado joven que busca altos niveles de rendimiento físico, sin interesarles las consecuencias que en la salud tiene una excesiva ingesta. En ambos casos hay algo muy grave. Son los escasos controles por parte de los organismos competentes vinculados a la calidad de los productos, los ingredientes que los componen, la venta en lugares autorizados y el expendio a menores de edad.
La adecuada información sobre el contenido y los efectos que pueden provocar los suplementos o energizantes, que en la mayoría de los casos suelen estar promovidos por preparadores físicos, administradores de gimnasios o propietarios de boliches o locales de divertimentos, es otro de los problemas que organismos como Salud Pública deberían atender, sancionando a quienes incurran en irregularidades al pretender su comercialización indebida.
Se sabe que actualmente la Argentina vive una auténtica avalancha de estos productos que comenzó con su oferta a través de internet y que luego sumó a los gimnasios como puntos de venta. Todo esto tienta a los deportistas amateurs a probar sin el asesoramiento profesional que puede ofrecer un nutricionista, productos de muy dispar calidad. Algunos de ellos potencialmente peligrosos.
Hay que tener en cuenta que, en condiciones normales, una dieta equilibrada debe proveer todo lo necesario para el mantenimiento de las funciones del organismo, por lo que un suplemento dietario sólo debería consumirse cuando, por un estado fisiológico particular, el individuo necesite un suministro extra de nutrientes determinado, previa consulta al médico.
Lo que ocurre con las bebidas energizantes, es también preocupante ya que la mayoría de quienes la consumen lo hacen fuera del ámbito deportivo, en fiestas o locales nocturnos mezclándolas con alcohol, lo que se ha comprobado que es altamente perjudicial para la salud.
Un más enérgico control de la comercialización de estos productos evitará que la gente los consuma indebidamente. Ajustarse a las disposiciones en vigencia y a las normas alimentarias del país o de la provincia, ayudará a orientar a la población.
