Más del 19% de la población de Venezuela ha huido de ese país hasta el mes pasado empujada por la tremenda crisis económica y política que el gobierno de Nicolás Maduro no puede resolver y se agrava día a día, según un estudio de las Naciones Unidas que prevé un agravamiento en los próximos meses si no hay cambios institucionales profundos.
La encuesta realizada por una consultora caraqueña con el aval de la ONU buscó reunir cifras del mayor éxodo el continente a pesar de la difusión que tiene la avalancha centroamericana en su intento de ingresar a Estados Unidos. El régimen chavista carece de información demográfica y, si tiene referencias sobre la huida masiva de venezolanos, la oculta como es común en toda dictadura, más si la gente ve el salvataje en otras tierras.
Si bien son cifras estimadas, la participación de los organismos internacionales ha llegado a los números que se acaban de dar a conocer y que Maduro los califica de "exageración", aunque no contrapone alguna suerte de estadística oficial que avale su posición. Lo que parece ser cierto es que entre 4,7 y 6 millones de los 31,8 millones de venezolanos viven en el extranjero como consecuencia del colapso humanitario en que ha terminado la revolución bolivariana.
Investigadores de la OEA han señalado que el éxodo venezolano es ya la peor crisis migratoria de las Américas y, de mantenerse la corriente actual, el año que viene sobrepasará a la provocada por los refugiados sirios. La diferencia entre una y otra crisis poblacional es que a los caribeños no los impulsa una guerra sino el hambre, la opresión política y el temor a la violencia, donde el componente económico es enorme. Todo esto sin contar a más de 80.000 venezolanos que cruzan la frontera colombiana todos los días en busca de alimentos y medicinas.
En este contexto, el relevamiento arroja una conclusión positiva porque este éxodo no parece ser permanente. El 45% de los entrevistados dijo que su familia planeaba regresar a Venezuela cuando las condiciones cambiaran, un aumento significativo en comparación con el 25% revelado a comienzos de este año.
La diáspora sin duda es temporal por el mal trato que reciben los venezolanos en otros países. Consiguen trabajo mal pago y en condiciones extenuantes a pesar del alto nivel educativo de la mayoría de los migrantes. Muchos son ingenieros, médicos o personal calificado que venden café, golosinas o baratijas en las calles para poder sobrevivir e incluso enviar dinero a los familiares que no pudieron huir.
