Al celebrarse el lunes último los 193 años de la fundación de la República de Bolivia, cobró fuerza la intención del presidente Evo Morales de postularse a un nuevo mandato en las elecciones del año que viene. El Movimiento al Socialismo (MAS), sustento político de Morales, aprovechó el aniversario patrio para agitar las aguas de la reelección.
Si bien la nueva Constitución boliviana, impulsada por el propio Morales tres años después de asumir en 2006, le abrió las puertas a una sola reelección consecutiva, un posterior y polémico fallo del Tribunal Constitucional le dio vía libre indefinido. El mandatario indígena fue derrotado en 2016 en un plebiscito para definir, precisamente, si podía presentarse a un cuarto mandato. El "no” se impulsó con el 51,3% de los sufragios.
Los intentos del líder aimara de tener sucesivas reelecciones son propias de los gobiernos autoritarios afín al modelo del "socialismo del siglo XXI”, impulsado por Hugo Chávez desde Venezuela hacia América latina mediante el frustrado movimiento populista de la Alternativa Bolivariana para América latina y el Caribe o ALBA.
La democracia poco importa como también la división de los poderes republicanos que en Bolivia ha sometido a la Justicia hasta lograr el escandaloso pronunciamiento del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) que habilita a Evo a gobernar Bolivia hasta 2025, si triunfa en los próximos comicios.
En este nuevo aniversario patrio Morales remarcó logros de su gobierno y también reconoció que adeuda un mejor sistema de salud, pero no dijo nada de las numerosas políticas sociales incumplidas en sus tres períodos consecutivos. Sólo ponderó en una entrevista a un medio extranjero, que Bolivia es el país que más creció en América del Sur, aunque sin mostrar cifras.
Pero las desigualdades están a la vista con la mudanza del antiguo Palacio Quemado a la nueva Casa de Gobierno, un colosal edificio de 28 pisos bautizado como la "Casa Grande del Pueblo” que ha costado 34,6 millones de dólares. La nueva sede del Ejecutivo boliviano es un rascacielos inteligente inaugurado ayer con toda la pompa.
La oposición avanza en otro sentido, y se dirige a la Corte Interamericana de Derechos Humanos con una apelación contra la cuestionada decisión del TCP. Considera que este organismo se ha extralimitado en sus funciones al romper el orden constitucional. En esta instancia podría definirse el futuro político de Evo Morales.
