Así como en el área de salud y acción social se implementó oportunamente, con gran éxito, el programa de "Mis primeros 1.000 días" en favor del crecimiento y desarrollo de los niños asegurando su alimentación desde su etapa de gestación, en el ámbito de la capacitación laboral hay que prever un plan basado en la enseñanza de oficios que capacite a jóvenes y adultos para desempeñarse en tareas específicas, garantizándoles una salida laboral en áreas en las que hay una gran demanda de operarios y técnicos. Es decir que así como en el programa de salud se asegura la alimentación de los pequeños, en la capacitación laboral se debe proporcionar enseñanza a fin de fomentar la vocación de aprender, algo que en nuestro país se ha perdido desde hace un tiempo y que hay que recuperar para alcanzar la dignificación del hombre.

Para llevar adelante este objetivo no se requiere de un gran despliegue de medios materiales, solo basta contar con profesores capacitados y actualizados y dependencias adecuadas que pueden funcionar en las mismas sedes municipales, en los Centro de Integración Comunitaria (CIC) o locales de instituciones de bien público o uniones vecinales, entre otros sitios que ofrecen la comodidad necesaria para las clases.

El plan debería ser sencillo y tener un carácter eminentemente práctico ya que lo que hay que tratar es atraer a todas aquellas personas desocupadas o que no pueden acceder a un trabajo específico por falta de capacitación. Mediante un proceso de nivelación de conocimientos que se puede alcanzar con habilidades específicas como la comprensión de textos y la incorporación de conceptos básicos se podrá avanzar hacia cursos de corta duración que servirán para capacitar o preparar a los asistentes en el desarrollo de tareas específicas de mayor demanda en la zona de influencia.

La variedad de los cursos estará dada, precisamente, por esa demanda ya que lo que hay que tratar es que la persona que cumpla con esa capacitación tenga la oportunidad de desempeñarse en el ámbito en el que reside a fin de satisfacer las necesidades de su propia comunidad. Si bien los oficios de albañil, electricista y plomero o cloaquista son los más atractivos hay otras actividades vinculadas a la producción que también representan una interesante salida laboral por la mano de obra que están demandando.

Las autoridades educativas y, específicamente las de capacitación laboral deben comprender que la "vocación de aprender a aprender" es algo que en el ámbito educativo hay que promover decididamente ya que es la base del desarrollo del conocimiento y del trabajo genuino al que miles de sanjuaninos aspiran acceder en algún momento.