Haciendo un balance general no hay ninguna duda de que el 2020 ha sido un año nefasto para la mayoría de los habitantes del planeta, más allá de que ante la adversidad el hombre haya sacado a relucir algunas cualidades que lo distinguen como tal y que le han permitido sobreponerse a una de las pandemias más letales que le ha tocado afrontar a la humanidad. Haber soportado hasta ahora los embates del Covid-19 con la pérdida millonaria de vidas en todo el mundo; la drástica reducción de la actividad económica, con menos producción y la pérdida de fuentes de trabajo, y otros efectos secundarios que incidieron drásticamente en la vida de la gente, incrementa la esperanza de que se podrá hacer frente, en mejores condiciones, a un 2021 que, de acuerdo a los principios que rigen al optimismo, debería ser menos duro que su antecesor.
Los motivos para que esto se cumpla: En lo sanitario, los avances experimentados en los tratamientos y la producción de la vacuna contra el Covid-19, que es la gran esperanza para controlar la pandemia. En lo económico, haber restablecido la producción a pesar de la prolongada cuarentena que llegó a paralizar al país. En educación, se han sentado las bases de la enseñanza a distancia, con posibilidades de ir avanzando en lo presencial en la medida que la pandemia vaya cediendo. En el aspecto social, para el próximo año se espera que se sigan liberando actividades en la medida que se pueda ir controlando la propagación del virus y la nueva normalidad vaya adquiriendo características especiales respecto al distanciamiento social y la utilización de elementos de protección como los barbijos. También hay que tener en cuenta otras actividades vinculadas con la economía como la habilitación del turismo interno y de distintos rubros comerciales. En el área de servicios, a pesar de la digitalización que avanzó considerablemente, se espera que la regularización de actividades en el ámbito de la administración pública y en el sector privado normalice esta actividad.
El panorama que ofrece el año 2021 puede considerarse más alentador si se tiene en cuenta que a partir de las cero horas de mañana, después que se hagan los brindis y se formulen los deseos de un mejor año, se continuará avanzando hacia una normalización de actividades, uno de los anhelos más grandes de la gente.
Un año adverso se va, ante la llegada de uno que promete mejores condiciones. Habrá que esperar ver como transcurre el tiempo para saber si estamos ante un año mejor, que es lo que todos están deseando con el mayor fervor.
